Temor a otras elecciones y miradas de reojo al PSOE

El Rey y Aitor Esteban, portavoz del PNV, este miércoles en la Zarzuela.

El Rey y Aitor Esteban, portavoz del PNV, este miércoles en la Zarzuela. / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / GEMMA ROBLES / MADRID

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En vísperas de que el jefe del Estado cierre su cuarta ronda de audiencias en lo que va de año en busca de un presidente, el pesimismo ante la posibilidad de que el bloqueo político finalice con unas terceras elecciones se impone. En los líderes políticos, como queda en evidencia en las comparecencias que van ofreciendo ante la prensa desde el pasado martes. Y parece que también en la Zarzuela, según van narrando aquellos portavoces parlamentarios menos reticentes a desvelar las palabras o sensaciones que les transmite Felipe VI. Por ejemplo, Alexandra Fernández, de En Marea, quien aseguró que para el Rey resulta "imprescindible” evitar otra cita con las urnas y que, en esta línea, reclama un esfuerzo a sus interlocutores.

Pero hasta para que se dé ese oscuro escenario, esto es, el de otra repetición electoral por incapacidad política, hace falta que alguien acepte el encargo del Monarca de presentarse a la investidura y poner en marcha el reloj constitucional. Así empezarían a correr los dos meses entre la celebración de esa sesión parlamentaria (con independencia de que sea o no fallida) para poder convocar comicios. Este panorama y el limbo jurídico que se puede abrir si Mariano Rajoy rechaza dar un paso al frente también preocupa y mucho, dicen, al jefe del Estado.

 “El Rey ha mostrado su preocupación porque no empiece a andar el reloj. Mi impresión es que esta vez no pasará como en la anterior legislatura", señaló este miércoles Joan Baldoví, de Compromís. Era su forma de augurar que si Rajoy llega a su reunión con el Rey con el ‘no’ por delante, no ocurrirá lo mismo que tras el 20-D, cuando Felipe VI optó por instar al líder del PP a intentar la Presidencia y obligar a que fuera él quien declinara públicamente. Algo similar dijo Xavier Domènech, de En Comú Podem, incidiendo en la inquietud con la que se vive desde la jefatura del Estado la posibilidad de que el tiempo no empiece a correr. Partiendo de estas premisas, que casi todos parecen compartir, la mayoría de los dirigentes que ya han pisado la Zarzuela consideran que esta ronda terminará sin que se proponga candidato.

LA MANCHA DE LA CORRUPCIÓN

 Si se cumple el vaticinio, Felipe podría dar unos días o semanas más a los grupos –sobre todo al PP- para que intenten un acercamiento. Pero el ambiente no es propicio ambiente no es propicio: la decisión judicial de encausar al partido que dirige Rajoy y a varios de sus miembros por encubrimiento a raíz del presunto borrado de los discos duros de los ordenadores de Luís Bárcenas, extesorero de la organización, complica las cosas. Aun así, este miércoles sí hubo contactos, reconocidos entre los cuatro principales dirigentes políticos, a raíz del nuevo desafío llegado desde el Parlament.

 El consenso territorial entre el PP y el PSOE permanece, pero las noticias que llegan de los tribunales afianzan el “no”  a Rajoy de los socialistas, que exigirán su comparecencia en el Congreso cuando el auto sea firme. Instalado en la “abstención técnica” al líder del PP, C’s se aferra a esta novedad judicial para incidir en que este debe dar un paso atrás y exigir que, en cualquier caso, dé explicaciones ya, antes incluso de tratar de ser investido. Si es que lo intenta alguna vez.

LA ALTERNATIVA

 El otro campo a explorar podría ser la formación de un gobierno alternativo de izquierdas, con Pedro Sánchez a la cabeza. En esa idea han ahondado en las últimas horas algunas formaciones como Compromís y las confluencias de Podemos, mientras que los nacionalistas, más tibios, se dicen dispuestos a participar en este tipo de negociación si se abriera. La idea, que divide profundamente al PSOE, no parece tener visos de salir adelante. Este mismo miércoles el secretario de organización, César Luena, subrayó que Sánchez no intentará conformar una mayoría alternativa a Rajoy y culpó a Pablo Iglesias de “reventar” cualquier entendimiento.

El pesimismo reina en el Parlamento y en la Zarzuela. Casi todos los dirigentes se han quejado ante Felipe VI de que Rajoy no negocia, pese a que en su entorno digan lo contrario. Ni en la izquierda se ponen mimbres para encontrar otros caminos. “Aquí nadie se mueve”, se quejó Francesc Homs, portavoz de CDC. Desde el PNV, Aitor Esteban lamentó que los socialistas no desbloqueen la situación y lancen continuos mensajes al PP para que se eche en brazos de sus supuestos “afines ideológicos”, entre los que incluyen a los nacionalistas. “¿Qué necesita el PSOE? ¿Qué los demás nos abstengamos para taparles las vergüenzas?”, se preguntó.