El rechazo del PSOE al referéndum aleja la abstención de ERC y Democràcia i Llibertat

Pedro Sánchez junto a los portavoces de ERC en el Congreso, Joan Tardà y Gabriel Rufián, este martes.

Pedro Sánchez junto a los portavoces de ERC en el Congreso, Joan Tardà y Gabriel Rufián, este martes. / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Pedro Sánchez se reunió este martes, por separado, con los portavoces parlamentarios de ERC y Democràcia i Llibertat. El líder socialista ya había señalado en varias ocasiones que no pensaba negociar con el independentismo, que solo se citaba con republicanos y convergentes para mostrarles su rechazo al proceso catalán, pero la abstención de ambos partidos puede acabar siendo imprescindible para su investidura. Un hipotético pacto entre el PSOE, Podemos y el PNV que tuviera en contra al PP y Ciudadanos solo saldría adelante con la colaboración de los partidos catalanes. Pero Esquerra y DLl condicionaron su abstención a un referéndum sobre la independencia, algo que el PSOE rechaza por completo, y anunciaron que su voto será el mismo tanto en la investidura como en el resto de debates que puedan producirse a lo largo de esta legislatura. Ambos partidos, pese a sus diferencias ideológicas, quieren ir de la mano en todo momento.

“Hemos constatado que vivimos en mundos políticos paralelos. Si Sánchez aceptara la consulta nos plantearíamos la abstención. Pero creo que por desgracia esto no va a pasar. Así que ya se deduce cuál va a ser nuestra posición”, dijo Joan Tardà, portavoz de ERC. Su homólogo en DLl, Francesc Homs, añadió poco después: “Si una cosa tan básica como votar no se asume, nosotros no podemos ni siquiera abstenernos”. Aun así, uno y otro dejaron claro que el voto en contra de sus grupos parlamentarios no es definitivo, y que solo estudiarán su posición cuando el candidato socialista “diga si está en condiciones de formar Gobierno y con quién”.

LAS DOS PRESIONES

Sánchez se encuentra aquí sometido a dos presiones distintas. Por un lado, la de sus principales barones, que han pedido que rechace ser el próximo jefe del Ejecutivo si su nombramiento depende en parte de la colaboración del independentismo. Por otro, la de Podemos, con quien debe forjar un acuerdo para llegar a la Moncloa, que fija el “imprescindible” referéndum sobre la independencia como condición para sellar la alianza.

“Sentémonos a hablar de lo que nos une, no de lo que nos separa. Tenderemos la mano a los catalanes para resolver sus problemas, que son muy similares a los del resto de españoles”, dijo tras las reuniones Sánchez, que se comprometió a “impulsar un nuevo tiempo político en Catalunya” si alcanza el Gobierno. Los ejes de este esfuerzo, explicó, serían una nueva financiación autonómica, la derogación de leyes como la LOMCE y el estudio de una reforma constitucional.