¿Quién se queda las butacas de CDC?

Podemos busca un acuerdo para evitar que el reparto de sillones en el Congreso les penalice y premie C's y ERC con filas más privilegiadas

Xavier Domènech y Francesc Homs conversan en el hemiciclo del Congreso en una sesión de la XI legislatura.

Xavier Domènech y Francesc Homs conversan en el hemiciclo del Congreso en una sesión de la XI legislatura. / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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"No vamos a hacer sangre por unas butacas". La expresión la repiten como un mantra todos los grupos parlamentarios mientras siguen enfrascados en una disputa que parece sonrojarles, pero en la que nadie quiere ceder. Este jueves a mediodía se reúne la Mesa del Congreso, donde se votará la distribución de los escaños en el hemiciclo para la nueva legislatura, sin que todavía se haya llegado a ningún acuerdo.

La presidenta ha urgido a todos los partidos a que cierren un pacto antes de la cita, y que aprueben por unanimidad el nuevo reparto, que ya estará operativo en el debate de investidura del próximo martes.  PPPSOE y C's mantienen reticencias a la nueva propuesta, planteada por Podemos, pero los morados tienen esperanzas de conseguir un pacto 'in extremis'.

Hace dos semanas los socialistas y los dos partidos conservadores presentaron una distribución que relegaba de nuevo  al 'gallinero' - las últimas filas- al grueso de los podemistas, en un planteamiento gravoso para el partido de Pablo Iglesias en el 'quesito' central, el espacio más privilegiado del hemiciclo. El plan era enviar a buena parte de los morados a las últimas filas, a pesar de ser tercera fuerza, y 'premiar', en cambio, a ERC con las butacas que pertenecieron a CDC, situadas en un lugar de gran visibilidad. 

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Como la antigua Convergència ya no tiene grupo propio y se integra en el Mixto irá al gallinero, y sus butacas quedan sin dueño. Podemos reclama esos sillones para En Comú Podem, y aduce que fueron primera fuerza en Catalunya el 26-J, reclamación que es un episodio más de la pugna entre comuns y republicanos. 

Pero hay más escollos Con ese reparto, C's saldría beneficiado respecto de la legislatura anterior, a pesar de que ha perdido 8 escaños. Sus líderes se sentarían en el centro y, además, ganarían algunos espacios en las primeras filas. El recorte a los naranjas se haría por atrás. El PNV, a pesar de tener solo 5 diputados, también se quedaría con sillones preferentes en el 'quesito' más preciado.

AL LADO DE IGLESIAS

La distribución en el hemicilo conlleva, además, enredos en clave interna que convierten el reparto en un rompecabezas para Podemos. Hasta ahora, en su fila más privilegiada, la más próxima a la bancada azul reservada para el Gobierno, los morados solo disponían de tres escaños, los de Pablo Iglesias, Íñigo Errejón e Irene Montero. Tras el 26-J, necesitan situar en el mismo rango a Alberto Garzón, su aliado electoral. Si no consiguen un sillón más en esa hilera, se verán obligados a retrasar a alguien y nadie parece dispuesto, a tenor de lo sucedido al inicio de la anterior legislatura. Entonces, ya se produjo una disputa de elevada intensidad entre miembros de la dirección del partido para ver quién se sentaba al lado de Iglesias y Errejón y quienes inmediatamente detrás. Aunque Carolina Bescansa, cofundadora de Podemos, ocupó ese sitio en la provisionalidad del pleno de constitución de Cortes –cuando llevó a su hijo-, finalmente el sillón se lo quedó Montero, jefa de gabinete de Iglesias.