El bumerán de Cospedal

En campaña 8 María Dolores de Cospedal, el pasado domingo durante un acto del PP en Toledo.

En campaña 8 María Dolores de Cospedal, el pasado domingo durante un acto del PP en Toledo.

JUAN RUIZ SIERRA / GEMMA ROBLES / MADRID

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María Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, anunció en septiembre del 2012 una drástica reducción del número de diputados autonómicos. En la siguiente legislatura los escaños pasarían a ser entre 25 y 35. Aquello no solo sorprendió porque implicaba cambiar por primera vez un estatuto de autonomía sin consenso, sino también porque solo cinco meses antes había dado un paso en la dirección contraria: de 49 representantes se pasó a 53. Los conservadores insistieron en que la rebaja de asientos parlamentarios pretendía «dar ejemplo» a los ciudadanos, pero cuando la reforma llegó al Congreso, toda la oposición, en rara sintonía, argumentó que la iniciativa buscaba «perpetuar» al PP en el poder e impedir la entrada a partidos más pequeños. Ahora que el escenario político ha cambiado debido a la llegada de Podemos Ciudadanos, ahora que Cospedal ha cifrado en 33 el número de diputados en las próximas cortes manchegas (y sin cobrar), la polémica reforma amenaza con volverse en contra de los intereses de la presidenta en las elecciones del 24 de mayo.

La medida se aprobó en un escenario bipartidista para la comunidad más bipartidista, en cuyas cortes solo se han sentado en escasas ocasiones dirigentes ajenos a los dos mayoritarios. «Cospedal pensó que si reducía los diputados y beneficiaba a las provincias tradicionalmente conservadoras, tendría la mayoría absoluta asegurada», sostienen fuentes del PSOE de Castilla-La Mancha. Ponen un ejemplo: Albacete, donde los socialistas suelen ganar, tiene casi el doble de población que Cuenca Guadalajara, pero solo elegirá un escaño más; 6 frente a 5. Curiosamente, las circunscripciones donde el PP está más fuerte poseen un número impar de representantes, facilitando así que en caso de un resultado global cercano al empate, los conservadores obtengan más escaños.

El nuevo escenario

Todas estas cábalas han saltado por los aires. En un escenario tan abierto como el actual, con cuatro fuerzas en liza, la reforma provoca que la mayoría absoluta sea muy complicada, casi imposible, si Podemos y Ciudadanos entran en el Parlamento. Si el partido de Albert Rivera obtuviera en Castilla-La Mancha el mismo resultado que en Andalucía, donde logró el 9,28% de los votos, obtendría solo un diputado en lugar de nueve. Se da por supuesto que alcanzará o superará ese listón, una seguridad que es aún mayor en el caso de Podemos, con quien el PSOE confía en entenderse, si bien no dentro de un gobierno de coalición, para impedir la reelección de la actual presidenta autonómica.

Como secretaria general del PP, Cospedal se juega más el mes que viene que otros candidatos. Ella es consciente de que se le critica por su presunta falta de reflejos a la hora de impulsar campañas, así como por su gestión del 'caso Bárcenas'No tanto por su vinculación con el extesorero, al que intentó echar en varias ocasiones, como por la debilidad de su estrategia frente al escándalo. En el PP se da por hecho que solo logrará salvar los muebles como número dos del partido si mantiene el poder en Castilla-La Mancha, tarea que ella misma, sin querer, ha dificultado.