CONSEJO DE MINISTROS

La rebeldía y sus causas

PILAR SANTOS / MADRID

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Soraya Sáenz de Santamaría reprochó ayer a Artur Mas que se declare «democráticamente rebelde» tras haber sido citado como imputado por organizar el proceso participativo del 9-N. La vicepresidenta del Gobierno dijo que si el president en funciones se atreve a hacer esa afirmación es porque «se cree que está por encima de la ley». «¿Qué le parececería si los ciudadanos de Catalunya dejaran de pagar impuestos, dejaran de respetar las normas de tráfico, si no se cumpliera el código de comercio ni las normas forales que tiene la comunidad autónoma porque consideran que son rebeldes democráticamente?», le preguntó desde la mesa donde ofrece la tradicional rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. «En este país no hay ningún ciudadano por encima de otro», le afeó.

Santamaría no hizo ninguna referencia a los 2.300.000 personas que fueron aquel día a votar simbólicamente para rebelarse también a su manera ante la imposibilidad de realizar una consulta legal sobre la independencia.

La número dos del Ejecutivo considera que tanto esa votación como las tres convocatorias electorales celebradas los últimos cinco años han provocado «una profunda fractura de la sociedad catalana». Por eso instó al nuevo Gobierno que se forme a considerar este asunto como prioritario y le pidió que se vuelque también en esa «mayoría» que le ha dicho «no» a su proyecto independentista. Santamaría se burló de la posibilidad planteada por la CUP de buscar una fórmula de Ejecutivo colegiado con «tres o cuatro» presidentes. «Si más que sorprendente fue la lista única, hoy la teoría de los cuatro presidentes no deja de ser llamativo», comentó antes de lamentar que la situación política tras el 27-S sea «igual o peor que antes».

La separación de poderes

Respecto al diálogo que el presidente, Mariano Rajoy, dice querer mantener para buscar una solución al conflicto institucional con Catalunya, la vicepresidenta pidió tiempo para saber quién va a gobernar. «Entonces, en la normal relación entre gobiernos, [el presidente] estará encantado de hablar dentro de los márgenes que dicta la ley», afirmó.

Junto a Santamaría también compareció en la rueda de prensa el ministro de Justicia, Rafael Catalá, para explicar el real decreto por el que el Gobierno concede la nacionalidad a más de 4.000 sefardís. Catalá aprovechó una pregunta de la prensa para intentar aclarar que él, pese a las críticas recibidas, no tuvo conocimiento previo de cuándo se iba a comunicar la imputación a Mas. El ministro dijo que solo se limitó a manifestar su «opinión» sobre el hecho de que otros «órganos judiciales» en otras ocasiones han argumentado que habían marcado sus tiempos con cuidado para no interferir en los procesos electorales. «La independencia de la justicia es absoluta», proclamó.

Freno al «España nos roba»

Por su parte, Rajoy, que en estos últimos días tiene una apretada agenda de inauguraciones, aprovechó el acto protocolario de la puesta en servicio de un tramo de la autovía que conecta Jaén con Albacete para hacer esa «pedagogía» que considera necesaria para acabar con el «España nos roba» de los independentistas.

El jefe del Ejecutivo aseguró que su Gobierno ha intentado «promover la solidaridad con todos los territorios» con instrumentos para superar las dificultades económicas (citó el pago de proveedores y el fondo de liquidez autonómica). «Esto ha demostrado que se puede ser solidario, se puede actuar inteligentemente y, si todo el mundo va en pos de grandes objetivos nacionales, los resultados se consiguen mejor y con mayor rapidez», remató el presidente.