Rajoy tensiona la ronda del Rey al amagar con aplazar la investidura

El portavoz parlamentario del  PP, Rafael Hernando, junto a la secretaria general del partido, Dolores de Cospedal

El portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, junto a la secretaria general del partido, Dolores de Cospedal / periodico

Gemma Robles

Gemma Robles

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Presión, presión, presión y presión. A Ciudadanos y al PSOE. Contactos informales, pero no “negociaciones programáticas” porque sus posibles interlocutores, dicen en el PP, no quieren. Los populares insisten, en la semana de la ronda del Rey con los grupos, en que están dispuestos a darle una vuelta a la polémica LOMCE o a la reforma laboral como gestos para con la oposición, aunque sin plasmarlo por escrito en un nuevo documento para negociar. “A nosotros nos corresponde llevar la iniciativa y a Mariano Rajoy presentar un gobierno, pero también le corresponde a las otras formaciones políticas, y en especial a PSOE y C’s, la posibilidad de que ese gobierno sea real y el PP pueda ir a una investidura con garantías”,  apuntó este lunes Rafael Hernando desde la sede de su partido.

La apuesta de los conservadores pasa porque el resto ceda para que no haya terceras elecciones. De momento, socialistas y naranjas aguantan el tipo: los de Albert Rivera, que este martes se reúnen en Ejecutiva, se aferran a su “abstención técnica” e invitan al PSOE  a sumarse a esa estrategia. Los socialistassocialistas, por su lado, se mantienen en que el PP debe explorar todas las vías a su alcance antes de llamar a su puerta, lo que incluye a nacionalistas. Pero los populares desinflan esa expectativa. “Las otras vías están absolutamente cerradas, colapsadas, porque CDC, ERC y PNV ya nos han dicho que nos van a votar que ‘no’”, avisó Hernando.

En lo que coinciden los equipos de Rivera y de Sánchez es en alertar de que podría haber otra “espantada” de Rajoy para esquivar una investidura que sabe que, salvo sorpresa, no ganará. De hecho, el PP ha puesto sobre la mesa la posibilidad de retrasar el intento de ser investido por parte de Rajoy. Con toda intención en estas horas se evita hablar de declinar la oferta del Monarca, dado que el el PP también está lanzando una petición a Felipe VI para que en esta ocasión, si PSOE y Ciudadanos no dan su brazo a torcer, no coloque al líder conservador ante una tentación: la de rechazar por dos veces el encargo ‘real’ para ser presidente.

MENSAJES A ZARZUELA

Cabe la posibilidad de que el jefe del Estado recoja el guante y ofrezca más tiempo antes de invitar oficialmente a Rajoy a que dé el paso. Pero puede también que, como tras el 20-D, termine su primera ronda con políticos instando al más votado a formar gobierno, entendiendo que hasta ahí llega su responsabilidad. Y que de ese modo garantiza que más pronto que tarde empieza a correr el plazo de de dos meses previo a otra convocatoria de comicios, si es que resultase necesario.

En el PP aseguran que, a diferencia de Albert Rivera, ellos no pretenden decirle a Felipe VI lo que debe hacer. Claro que tampoco se censuran a la hora de ofrecer “opiniones personales”. “Yo no le puedo decir al Rey lo que tiene que hacer, pero sí puedo dar mi opinión: sería absurdo ir a una investidura si no se cuentan con los votos”,  sostuvo Hernando.

¿QUÉ ESTÁ HACIENDO RAJOY?

Hernando –como el ministro Rafael Catalá en TVE- insistió en que sin apoyos es probable que la investidura se retrase. No obstante, matizó que “no hay nada decidido” y que también depende de PSOE y Ciudadanos. Llegó a decir que él ha mantenido contactos con otros portavoces para hablar, precisamente, de calendarios para ese Pleno. “Los portavoces dicen que querrían que haya una investidura y un Gobierno cuanto antes. Nosotros en base a eso pensamos en un calendario, pero para que haya de verdad un gobierno, no un teatrillo”, advirtió. Y es que el PP no contempla que Rajoy pueda ir a una investidura fallida y, a partir de entonces, negociar más en serio con el reloj en marcha.

Según Hernando, ir a una investidura para perderla sólo significará que habrá elecciones. Es obvio que si todos los políticos hubieran tenido esta teoría, ni Susana Díaz habría llegado al gobierno en Andalucia ni Carles Puigdemont en Catalunya. La una tuvo que ‘sudar la camiseta’ antes de ser investida mientras que el catalán fue la solución ‘in extremis’ cuando se obligó a Artur Mas a dar un paso atrás. Ninguno alcanzó el poder sólo por obra y gracia de los movimientos de la oposición. Tuvieron, como sus partidos, que negociar y ceder.