REUNIÓN EN LA MONCLOA

Rajoy y Sánchez discrepan en todo salvo en el 'no' a la consulta

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ayer, en la Moncloa.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ayer, en la Moncloa.

JUAN RUIZ SIERRA / GEMMA ROBLES
MADRID

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La primera reunión entre el presidente del Gobierno y el nuevo jefe de la oposición tenía tres temas principales: la economía, la reforma que plantea el PP para que el candidato municipal más votado asuma siempre la alcaldía y Catalunya. A dos días del encuentro entre Mariano Rajoy y Artur Mas, la única coincidencia clara entre los líderes del PP y el PSOE tuvo lugar en este asunto. Pero solo sobre lo que no se debe permitir, en ningún caso sobre alternativas. «Hemos coincidido en que la consulta es ilegal», señaló tras la cita de ayer Pedro Sánchez, quien emplazó a Rajoy a estudiar una reforma federal de la Constitución como la que propone su partido, que pasaría por cambiar el Senado, blindar las competencias territoriales y reconocer los hechos diferenciales. El jefe del Ejecutivo no se movió y sostuvo que no es momento de tocar la Carta Magna.

Por la mañana, tras la reunión de la ejecutiva del PP, la secretaria general del partido, Dolores de Cospedal, ya descartó la posibilidad de cambios en el modelo territorial. Sánchez, aun así, insistió en su encuentro con Rajoy, que duró casi tres horas. El jefe de la oposición le dijo que no se podía mantener en el «inmovilismo», que había llegado el tiempo de las «reformas», y que la única vía para mantener la actual convivencia pasaba por la modificación constitucional, que para salir adelante necesitaría del concurso del PP.

SIN CONSENSO / Rajoy, según Sánchez, le atendió con interés, pero sin que los argumentos del socialista calaran en él. «No se dan las condiciones políticas necesarias para articular una propuesta con un consenso similar al que concitó la Constitución actual», explicó el Gobierno a través de un comunicado. «Me voy con la misma sensación con la que llegué», dijo el jefe de la oposición tras el encuentro, en el que también surgió el caso de Jordi Pujol, quien el pasado viernes reconoció que ocultó una herencia en el extranjero durante más de 30 años. «Tiene que aclarar cuántos millones tiene en paraísos fiscales y cuál es su origen. Me produce una enorme decepción e indignación», dijo Sánchez. En el comunicado gubernamental nada se decía de este asunto. Pero por la mañana, Cospedal dio por hecho que el escándalo acabará en los tribunales.

Catalunya y sus derivadas políticas ocupó buena parte de la conversación entre ambos dirigentes. Al citar al líder del PSOE solo 48 horas antes de su entrevista con Mas, Rajoy buscaba escenificar un frente común de los dos partidos mayoritarios frente al plan del Govern de celebrar el 9 de noviembre el referendo sobre la independencia. «Él ya sabe cuál es nuestra posición», apuntó Sánchez. Es decir, que la consulta es «ilegal».

Sin embargo, de esa coincidencia no nació ningún acuerdo para llevar a cabo actuaciones conjuntas ante el referendo que abandera Mas, quien también se verá en los próximos días con Sánchez. «No hemos hablado de instrumentos para frenarlo», explicó el socialista.

LOS DESACUERDOS / Fue una reunión calificada de «cordial» por ambas partes. Sin embargo, más allá del rechazo a la consulta y la sintonía en que la UE debe incentivar políticas de crecimiento, no hubo pactos. Sánchez llegó con una propuesta: que todos los parados con hijos a su cargo reciban subsidio de desempleo. No extrajo ningún compromiso de Rajoy, quien le contestó que la reforma laboral estaba «permitiendo crear empleo a ritmo intenso». Ante tanta divergencia, Sánchez le avisó de que el nuevo PSOE no solo iba a ser «muy activo» en el Parlamento, sino también en «la calle» a través de la «reconexión del partido con los movimientos sociales». Ambos prometieron continuar con el contacto «fluido y permanente».