LA LEGISLATURA CATALANA

Rajoy pide un presidenciable "limpio" y volver a la "normalidad"

Puigdemont y Rajoy

Puigdemont y Rajoy / periodico

Pilar Santos / Gemma Robles

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Mariano Rajoy invitó este martes a la prensa a la Moncloa para tomar la tradicional copa de Navidad, aplazada este año por la campaña electoral del 21-D. El presidente del Gobierno se mezcló con los periodistas durante más de dos horas y media en las que no paró de responder preguntas sobre la situación catalana, algunas sobre la amenaza de Ciudadanos (tema del que se notaba que no quería extenderse), sobre los candidatos del PP a las municipales y autonómicas y algún que otro asunto (sobre todo futbolístico y meteorológico: la lluvia, ese gran asunto cuando no se quiere hablar de otras cosas). 

El jefe del Ejecutivo resumió el futuro político catalán en tres posibles escenarios: el primero, el "peor" a su juicio, es que Carles Puigdemont sea propuesto como candidato a la presidencia de la Generalitat tal y como hipotéticamente apoyan JxCat y ERC; el segundo, que el elegido sea Oriol Junqueras u otra persona con causas abiertas, y el tercer escenario, el preferido por el líder del PP, es que los independentistas lleguen a un acuerdo y presenten a un aspirante "limpio", sin mácula judicial en su expediente. En los dos primeros casos, Rajoy afirmó que se enviaría un "mensaje malo" a la sociedad. Por contra, confía en que los soberanistas se decidan por una persona sin cargas con la que se pueda volver a una etapa de "normalidad" política.

Pendientes del Parlament

Rajoy aseguró que su Gobierno recurrirá cualquier acto administrativo que no se ajuste a la legalidad e hizo referencia a la sesión constitutiva del Parlament, este miércoles. En este sentido, concretó que acudirá al Tribunal Constitucional si se permite delegar el voto desde Bruselas a Puigdemont y los otros cuatro exconsellers. Otras fuentes de la Moncloa apuntaron que deberán estudiar todavía (dependiendo de la argumentación que se le dé) si dejan votar a los exmiembros del Govern encarcelados.

La participación de los cinco huidos a Bruselas es clave para asegurar la mayoría absoluta independentista, por lo que el Ejecutivo intentará dejar a los afectados fuera de la Cámara y que entren otros miembros de la lista si quieren que el soberanismo siga siendo preponderante. 

Según el calendario que marca el reglamento del Parlament, después de la sesión constitutiva del miércoles, el siguiente día marcado en rojo es el 31, cuando los independentistas deben presentar presidenciable. Tanto Rajoy como Soraya Sáenz de Santamaría, que como la mayoría de ministros también se acercaron al acto con la prensa, sospechan que los soberanistas apurarán los plazos. La vicepresidenta insistió en que "el reloj" echa a andar y hay un máximo de dos meses antes de la obligada convocatoria de nuevas elecciones, una opción que la Moncloa no ve plausible. Porque una "investidura fallida o telemática, en tanto que ilegal", no detendría ese reloj, advirtió Santamaría, que considera que los independentistas llegarán a un acuerdo antes del 31 de marzo para evitar la convocatoria a las urnas. 

Fuentes de la Moncloa señalaron la división que han detectado en Junts per Catalunya y la necesidad que tiene Puigdemont de "reforzar su discurso para mantener los apoyos".