LA CAMPAÑA DEL 24-M

Rajoy promete empatía pero evita oír las quejas en persona

La policía impide a jovenes catalanistas increparle en Baleares

Mariano Rajoy, junto a José Ramón Bauzá, ayer en Palma.

Mariano Rajoy, junto a José Ramón Bauzá, ayer en Palma.

PATRICIA MARTÍN / PALMA

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha sacado este jueves su socarronería gallega casi por primera vez desde que comenzó la campaña. En el mitin más numeroso hasta ahora, en el polideportivo balear de Son Moix, ante casi 4.000 personas y después de que el presidente de BalearesJosé Ramón Bauza, ironizase en torno a que ambos tienen fama de no "comunicar bien", Rajoy se comprometió a mejorar la difusión de sus mensajes y a "ser empático".

"Con vosotros comunico bien y soy empático, pero serlo con todos, viendo lo que hay, requiere ser un héroe y ahí yo ya no llego", soltó nada más comenzar su intervención. "Soy un tipo de actualidad", dijo en otro momento, después de leer varios titulares que reflejaban la mejora de la economía española y que, según explicó, se habían producido "en las últimas 72 horas".

LAS CRÍTICAS AL PSOE

Por lo demás, el presidente reiteró que votar al PSOE significa "volver" a la España "de la quiebra" y de las "políticas caducas". Lo hizo en una región en la que la mayoría del PP sufre un serio peligro. Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la fuerza conservadora sería la más votada el próximo 24 de mayo. Aun así, registraría el peor resultado de la historia y ni siquiera el apoyo de Ciudadanos le serviría para retener el poder, ante una posible alianza de cuatro o cinco partidos de izquierdas. "Somos nosotros o el caos", es el mensaje preferido de Bauzá.

Previamente, el jefe del Ejecutivo dio un breve paseo por el centro de Palma de Mallorca que resultó, de largo, el más agitado de los que ha protagonizado desde que comenzó la campaña y que fueron diseñados con el objetivo de que pisara la calle y tomara contacto con los ciudadanos. Pese a ello, la policía impidió a una treintena de jóvenes manifestarse a su paso para protestar contra el empeño de Bauzá de imponer el trilingüismo en las aulas, en detrimento del catalán. Para evitarlos, el recorrido de Rajoy se retrasó y fue desviado a otra calle. Aun así, varios transeúntes le insultaron, mientras él repartía besos y abrazos y departía con los comerciantes.