El pulso soberanista

Rajoy presume de firmeza y acusa al 'president' de ir «a ninguna parte»

JUAN RUIZ SIERRA / PATRICIA MARTÍN
MADRID

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En sus primeras palabras sobre la comparecencia que llevó a cabo el martes Artur Mas, en la que el president esbozó un plan para que Catalunya alcance la independencia en un plazo de 18 meses, Mariano Rajoy dijo ayer: «No hay demasiadas cosas nuevas». El jefe del Ejecutivo trasladó una imagen de normalidad y firmeza en la sesión de control en el Congreso. Su mensaje sobre la situación política en Catalunya tuvo el aroma del inicio de una precampaña. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, mientras tanto, pidió a Mas que deje de «fracturar» a la sociedad por interés electoral.

Rajoy visitará Barcelona el sábado para participar en un acto del PP en el que pronunciará un discurso que prepara al milímetro. Al salir del hemiciclo, el presidente acusó al líder de CiU de dar «un paso más hacia ninguna parte» dentro de la estrategia de la Generalitat de gobernar solo «para una parte de los catalanes». Es decir, para un sector de la sociedad, el independentista, que en su opinión es «minoritario», ya que, continuó, la «mayoría» de los ciudadanos «abandonó» al president durante el sucedáneo de consulta del pasado 9 de noviembre. Frente a este «déficit de gobierno», el presidente se retrató como el garante de que Catalunya continúe funcionando. «Los proveedores van a seguir cobrando, los servicios públicos van a seguir funcionando y financiándose, y el Gobierno seguirá atendiendo a los vencimientos de deuda de la Generalitat», concluyó.

LA SUSTITUCIÓN / Antes de estas declaraciones, Rajoy tuvo que escuchar de la oposición una crítica que también le ha lanzado el ala dura de su propio partido: no haber sido suficientemente firme con una consulta que, si bien era carente de cualquier validez, acabó celebrándose. Frente a Rosa Díez, que le acusó de «no decir la verdad» y «no dar señales de vida» mientras Mas «sabe lo que quiere», Rajoy reivindicó su presunta contundencia. «Dígame qué tendría que haber hecho yo», le pidió a la líder de UPD. «El referéndum no se celebró porque yo recurrí al Constitucional -explicó-. Luego se sustituyó por algo que no era un referéndum: no había ni miembros de la mesa ni había control. La fiscalía ha acudido a los tribunales. Son ellos, no usted, los que deben decir qué es legal».

En una posición mucho menos frontal que la de Díez, al considerar que la querella contra Mas es un «error», Sánchez también se sirvió de su intercambio con Rajoy para recordar al jefe del Ejecutivo que durante su mandato se ha «triplicado» el independentismo. Sobre las intenciones del president, el líder socialista consideró que suponían una «pésima noticia» ya que buscaban «fracturar aún más» con el único fin de aumentar sus votos. «Es hora de construir un proyecto para el conjunto de España y de Catalunya», concluyó el jefe de la oposición.