La publicación de las balanzas fiscales

Rajoy prepara el terreno de las cifras para recibir a Mas

Mariano Rajoy, el miércoles, en la Moncloa.

Mariano Rajoy, el miércoles, en la Moncloa. / JM/NL

GEMMA ROBLES
MADRID

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Tras ocho meses mareando la perdiz con el calendario, el Gobierno por fin cumplió ayer su compromiso de publicar sus balanzas fiscales, o cuentas territorializadas, como se llamarán a partir de ahora. Depende del grado de creencia que cada cual tenga en las casualidades el inclinarse a pensar que no existe intencionalidad en difundirlas días antes de la reunión entre Mariano Rajoy y Artur Mas o sospechar lo contrario.  En todo caso, es un dato objetivo -tirando de una expresión habitual en Rajoy- que el presidente dispone ya de sus propias cifras para, llegado el momento de abordar con Mas los problemas de tesorería de Catalu-nya, intentar desinflar la teoría del «España nos roba», como apuntó ayer en el Parlament la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho.

Así , si  Rajoy y Mas lograr aparcar el próximo miércoles durante un rato sus diferencias insalvables (al menos en apariencia) sobre la consulta, que será el eje central de su entrevista, y se animan a debatir otras cuestiones, podrían entretenerse en averiguar de dónde sale el desfase de 2.632 millones que hay entre los datos de Hacienda -que estima en 8.455 millones el déficit fiscal catalán del 2011- y los del Govern, que apunta a 11.087 millones de saldo negativo ese mismo año y usando el mismo método  de cálculo, el de carga-beneficio. Y lo que sería aún más interesante: podrían debatir si ese abultado déficit, que haberlo haylo según reconoce el Gobierno, merece solución para que la distancia entre lo que se da y lo que se recibe sea menor. Mas, que desconfía de las cuentas gubernamentales, adelanta que quiere hablar de financiación.

«LOS RICOS PAGAN MÁS» / Tanto sobre el origen de estas cantidades, como de las diferencias con las cuentas de la Generalitat o sobre una posible reforma del modelo de la financiación se pronunció ayer el profesor Ángel de la Fuente, elegido por el ministro Cristóbal Montoro para dirigir la elaboración de las cuentas territorializadas; esas que fueron presentadas ayer y que levantaron polvareda en todas las comunidades.

¿Por qué Madrid (con 16.723 millones de saldo fiscal negativo) y Catalunya (con los 8.455 millones que le calcula Hacienda) están a la cabeza de la tabla?, se le planteó a De la Fuente en rueda de prensa. «Porque pagan más impuestos por ser regiones más ricas que las demás. Así que eso no es preocupante», respondió, restando importancia al peso que un mal reparto de la financiación autonómica puede tener sobre las cifras que arrojan de ambas comunidades, que se quejan de aportar mucho a las arcas estatales y recibir poco para sufragar el coste de sus servicios.

En cuanto a la comparación de sus cálculos y los de Catalunya, dijo que los sistemas no son equiparables dado que el Govern despeja su saldo fiscal «solo» en relación con la Administración central y Hacienda, a través de su equipo de especialistas, lo ha hecho teniendo en cuenta otras cuestiones de índole autonómico. «Si un catalán compra una vivienda en Galicia, nosotros ese IVA se lo imputamos a Catalunya»; «a Madrid se le achacan muchos cosas que tienen que ver con instituciones que hay repartir entre todos», dijo a modo de ejemplo. Pero no quiso ayer De la Fuente ahondar demasiado en las discrepancias: «Es verdad que con datos del 2011 nos sale menos déficit fiscal que a Catalunya, pero sobre el 2005 nos sale más», subrayó, para después sugerir que no le importaría reunirse con el conseller Andreu Mas-Colell y cotejar criterios.

¿Y la reforma del modelo de financiación? ¿Está justificada su exigencia?, se le planteó. De la Fuente defendió «a título personal» que al margen de los resultados de las balanzas, se modifique un sistema «que es malo» y que permite que no haya «el grado de igualdad deseable» en el acceso a los servicios públicos: hay más de 30 puntos de diferencia entre autonomías del régimen común y aún  más con las forales, Euskadi y Navarra, a las que, en su opinión, habría que obligar a ser solidarias con el resto. «No hace falta tocar el sistema foral, sino aplicarlo de manera sensata», subrayó. Dicho esto, descartó que se pueda conceder a Catalunya, «una región tan grande», un sistema de cupo y abogó por establecer un periodo de transición en el que el «café para todos» acabe por convertirse en «el mismo café para todos».

TOMAR LA INICIATIVA / Con estos datos y reflexiones sobre la mesa, tienen material sobre el que debatir, y mucho, Rajoy y Mas, dos presidentes que además deben explorar si hay salida al desafío soberanista. Y, como dijo ayer el socialista Pedro Sánchez (que pidió que las balanzas se usen para «unir» y no para «enfrentar») le toca al jefe del Ejecutivo mover ficha. Él apuesta por la reforma constitucional en clave federal.