Rajoy: "Yo no voy a hablar de soberanía nacional, si no, no sería yo"

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa tras el último Consejo de Ministros del año, en la que ha hecho balance del 2014.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa tras el último Consejo de Ministros del año, en la que ha hecho balance del 2014. / periodico

GEMMA ROBLES / PATRICIA MARTÍN / MADRID

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la rueda de prensa que este viernes ha ofrecido en la Moncloa, con intención, al igual que en los años anteriores, de hacer balance del ejercicio que termina, se ha referido al conflicto catalán como uno de los problemas que, junto a la corrupción y al bienestar de los ciudadanos, más le preocupan, si bien, no ha querido desgranar los planes que tiene para "propiciar la concordia y el entendimiento entre catalanes".

En su intervención inicial, ha señalado que en el 2015 el Gobierno central seguirá "velando por los intereses" de la sociedad catalana, dando apoyo a sus empresas para que a esta comunidad también llegue "la recuperación económica". Asimismo, el Ejecutivo seguirá trabajando por propiciar "la concordia", ha añadido, en la línea con el mensaje que el día de Nochebuena trasladó el Rey, quien pidió a "todos un esfuerzo leal y sincero" para el reencuentro en "los afectos mutuos y los sentimientos compartidos".

Precisamente, ya en el turno de preguntas, Rajoy ha afirmado que le "parecen muy bien" las palabras de Felipe VI, pero ha eludido "comentarlas" en profundidad como presidente del Gobierno. 

Asimismo, ha reiterado su disposición "ha hablar de todo" con Artur Mas -a quien ha acusado de haber "abandonado las prioridades" de los catalanes- si bien ha advertido de que no negociará sobre ningún aspecto que rebase la Constitución. "Yo no voy a hablar de soberanía ni nada que rompa la igualdad de los españoles, si no, no sería yo", ha señalado con rotunidad.

RECHAZA REFORMAR LA CONSTITUCIÓN

Respecto a la posible reforma de la Carta Magna que propugna el PSOE, no se ha mostrado tan duro como en anteriores ocasiones, tan sólo ha señalado que el "Gobierno tiene otras prioridades" y por tanto "no va a plantear" ningún cambio que afecte al modelo territorial del Estado. Ha reconocido, asimismo, que cuando la semana pasada la presidenta andaluza, Susana Díaz, le advirtió de que el Ejecutivo está llegando "tarde y mal" a Catalunya, le pidió que le entregase de forma detallada la reforma de la Constitución que plantea el PSOE y se comprometió a estudiarla.

Rajoy ha reconocido, por otra parte, que la "corrupción", término que en ocasiones elude pero que hoy ha empleado, produce "alarma en la sociedad" y extiende una "sombra de sospecha" sobre todas las instituciones que "preocupa" tanto a la sociedad como al Gobierno. Aún así, no ha avanzado ninguna nueva medida, y solo ha invitado al PSOE ha sumarse al acuerdo sobre el "amplio paquete" de medidas que planteó recientemente en el Congreso y que de aquí a mediados de enero se negocia con los grupos de la oposición.

El presidente ha eludido referirse además al futuro judicial de la infanta Cristina, "no debo entrar", ha señalado, y a otros escándalos que afectan a los partidos.

LA ESTABILIDAD Y LA LEGISLATURA

El presidente ha dejado caer, por otro lado, que las elecciones generales serán en otoño del año próximo. No lo ha dicho con claridad, pero ha rechazado adelantar los comicios y ha considerado poco "razonable" aplazarlos hasta principios de 2016. En este sentido, ha asegurado que el año próximo, al menos hasta el momento de la votación, continuará con el programa reformista que ha caracterizado los tres primeros años de legislatura y que, según ha destacado, ha salido adelante gracias a que en España hay "estabilidad".

Y es que Rajoy ha hecho una loa a la "estabilidad" que propicia la mayoría absoluta del PP, frente al nuevo mapa electoral que, debido a la emergencia de Podemos, podrían dejar las próximas elecciones generales. El presidente, no obstante, no ha querido entrar ni en los pronósticos que reflejan los sondeos ni en el apoyo ciudadano que recaba la formación de Pablo Iglesias.