LAS NEGOCIACIONES POSELECTORALES

Rajoy rechaza abstenerse con Sánchez como pide Ciudadanos

El presidente del PP, Mariano Rajoy, este jueves en la reunión del grupo parlamentario popular en el Congreso.

El presidente del PP, Mariano Rajoy, este jueves en la reunión del grupo parlamentario popular en el Congreso. / periodico

GEMMA ROBLES / MADRID

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Aguas turbias en el PP. El encargo de gobierno a Pedro Sánchez se suma un grave caso de corrupción en Valencia -que apunta directamente a la exalcaldesa Rita Barberá- y la celebración de un juicio que, en estos días, devuelve a la actualidad a Luis Bárcenas. Así las cosas, Rajoy improvisó este jueves una reunión con su diputados para insuflar ánimo. "Es probable que en próximas fechas veamos cosas, pasemos por situaciones difíciles", auguró, sin más detalles. Eso sí, se esforzó en transmitir seguridad al garantizar que pese al empeño de Ciudadanos, no se abstendrá para facilitar el ascenso de Sánchez sin Podemos.

Su negativa a permitir un gobierno socialista fue adelantada por sus colaboradores. Sin embargo, cobró especial relevancia al ser confirmada por Rajoy en el Parlamento, justo donde a la misma hora se reunían Sánchez y Albert Rivera para acercar posturas sobre la investidura. “Votaremos 'no' a la investidura de Sánchez. Tanto si viene apoyado por Podemos e independentistas o si se presenta con sus 90 diputados y otros quieren darle apoyo. Pero con 130 escaños tampoco se gobierna”, advirtió aludiendo a Ciudadanos, que tiene 40 sillones en el hemiciclo. Rajoy enfatizó que su posición es la de “un partido de gobierno” cuyas aspiraciones no pasan como las de otros [de nuevo Rivera] por ser “partido bisagra”.

ALERTA ECONÓMICA Y TERRORISTA

Hizo referencia al último CIS –mantiene a los populares como primera fuerza- para arengar a los suyos y defender su oferta de coalición con PSOE y C's, que los socialistas rechazan. A su juicio, su propuesta es "la más razonable" y daría certidumbre. Añadió que las previsiones económicas que llegan de Europa, optimistas, pueden correr riesgo con un Ejecutivo de izquierdas apuntalado por secesionistas. “Hay iniciativas empresariales que se vuelven cautelosas y están pendientes de qué hagamos”, espetó.

Mientras, su titular de Exteriores, José Manuel García Margallo, insistía en Marruecos –inició esta campaña en Italia- que un pacto entre socialistas y podemistas podría poner en riesgo el compromiso de España con la lucha antiyihadista. La teoría enojó al jefe del PSOE, que exigirá la comparecencia de Margallo por el asunto.

Estas alarmas no fueron la única controversia con los socialistas: Rajoy anunció también que preparara nuevo recurso en el Constitucional contra la tramitación de leyes catalanas de desconexión. Eso encendió al líder del PSOE, que exigió coordinación, aunque comparta el fondo. Asimismo Sánchez unió fuerzas con Rivera para forzar a que también se consensúe la posición española antes de la próxima cumbre de la UE.

"AQUÍ YA NO SE PASA POR NINGUNA"

Dedicó la última parte de su intervención a la corrupción. Y se refirió al último escándalo que les afecta en Valencia, el 'caso Imelsa', que amenaza con llevarse por delante a la exalcaldesa Rita Barberá.Tras aseverar que habrá gestora para el grupo municipal, advirtió que no habrá contemplaciones a la hora de tomar medidas contra cargos del PP sean quienes sean. "Todo el mundo sea quien sea, desde el presidente del PP hasta el militante más modesto tendrá el mismo trato. Esto se acabó y aquí ya no se pasa por ninguna", concluyó.