LA ESTRATEGIA DE LOS CONSERVADORES

Rajoy entra en campaña con un ataque a Podemos

"Algo sé del PP", dice el jefe popular arropado por su equipo tras el sermón de Aznar

Mariano Rajoy, entre Esperanza Aguirre y María Dolores de Cospedal, ayer, en la convención del PP.

Mariano Rajoy, entre Esperanza Aguirre y María Dolores de Cospedal, ayer, en la convención del PP.

GEMMA ROBLES / MADRID

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Se acabaron en el PP los mensajes tibios con Podemos.  Ayer se tocó la corneta en la convención que están celebrando los populares en Madrid y se dieron instrucciones para buscar el choque dialéctico. Tras meses de debate interno en el partido sobre cómo afrontar este fenómeno, y habiendo quedado en evidencia que ignorar públicamente a los de Pablo Iglesias no frena su meteórica carrera (según los sondeos), se ha elegido un camino: el enfrentamiento.

Y el primero que se sumó a la estrategia, para sorpresa de muchos, fue el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aprovechando un coloquio con Nuevas Generaciones. "Hay algunos que quieren cambiar el sistema. ¿Qué sistema quieren cambiar? ¿El que les permitió estudiar en la educación pública toda su vida si así lo quisieron? ¿El sistema que les permitió ir a la universidad y recibir becas de 1.800 euros sin asistir?", espetó el presidente, en clara referencia al caso que vivió Iñigo Errejón en la Universidad de Málaga. "Yo no lo quiero cambiar, sino perfeccionarlo",  apostilló.

Este discurso supone un punto de inflexión en un PP que, según parece, busca escorar en el campo de la extrema izquierda cuanto pueda a Podemos, que sigue avanzando posiciones hacia el centro, lo que ha encendido las alarmas en el PP.

"ELEGIR LIBERTAD O IRA"

"No elijas la ira. Sigue eligiendo la libertad", concluía la voz 'en off' de un vídeo que los populares proyectaron en su convención y en el que, bajo los acordes de 'Libertad sin ira', de Jarcha, se hacía un compendio de imágenes vinculadas a la transición y  a algún evento más actual como la proclamación de Felipe VI. Con este preámbulo llegó el discurso del vicesecretario Javier Arenas. "A los que pudieron y no lo hicieron, y a los que pretenden poder pero no van a poder hay que decirles que nosotros no hablamos, nosotros hacemos [...].  A esos hay que decirles, sin complejo, con humildad y con orgullo que nosotros somos los que hemos creado en el 2004 más de 400.000 empleos y sin cerrar ni un hospital, ni un colegio y subiendo las pensiones", enfatizó el dirigente conservador, subrayando otro de los mensajes que se van a repetir machaconamente desde el PP para intentar hacerse fuertes en el centro: que el Estado del bienestar ha sobrevivido "gracias" a ellos.

"En esta etapa toca libertad sin ira [...]. La mayoría de la sociedad española nos va a ver en los comicios como la garantía de que ningún huracán se llevará por delante la gran casa que es España", señaló Arenas.

En este contexto llegó el turno del vicesecretario y responsable de campaña, Carlos Floriano, que puso deberes a sus compañeros y, entre otras cosas, les instó a montar  asambleas en los barrios y los pueblos y a ir en busca de los desencantados populares. "Todos sabemos las mesas electorales donde en elecciones europeas hubo gran abstención y se votaba PP. Os pido que os pongáis en contacto con ellos, que vayáis a su casa si es necesario y les expliquéis lo que hemos hecho", aseveró.

LOS MUROS DE MAS E IGLESIAS

Pero el que se despachó más a gusto frente a Podemos fue el europarlamentario Esteban González Pons. Hechas las críticas y comparaciones entre Pablo Iglesias y el 'president' Artur Mas por ser ambos, a su juicio, propicios a levantar muros, decidió también aprovechar la ocasión para unir el discurso ideológico con la corrupción, en plena tormenta por la salida de la cárcel de Luis Bárcenas. "No hay ideologías culpables. Hay culpables en todas las ideologías. Hacemos bien en pedir perdón, pero no en caer en el autoodio: si caemos en el discurso de Podemos, gana Podemos", alertó.

Junto a Podemos y la corrupción también el duro discurso pronunciado por José María Aznar en la jornada anterior formó parte de la convención. Su "¿dónde está el PP?" gustó a unos, disgustó a otros y sirvió para que el actual equipo de Rajoy cerrara filas con él y demandara unidad en torno a un líder "de centro, sensato y  honesto". El presidente ignoró el sermón de su predecesor (siempre que Aznar sale o le sacan a la palestra Rajoy logra  aparecer como 'centrado'), aunque dejó una frase a modo de réplica. "Empecé pegando carteles. Algo sé de este partido", concluyó Rajoy.