Rajoy se enroca en el 'no'

PILAR SANTOS / MADRID

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Mariano Rajoy tomó este miércoles la palabra, 72 horas después de la histórica votación del 9-N en Catalunya, y mostró que sigue encastillado en el 'no' más rotundo. No a pactar un referéndum legal con la Generalitat,' no' a tomar la iniciativa para dar una solución política al auge del independentismo, 'no' a plantear su propia reforma de la Constitución.

En su discurso introductorio, antes de las preguntas de la prensa, Rajoy desdeñó el número de votantes ("dos de cada tres catalanes" se quedaron en casa) y calificó el "simulacro electoral" de "absoluto fracaso del proyecto independentista". "Hemos constatado otra vez una verdad ya conocida: en Catalunya hay muchísimos más catalanes que independentistas", declaró dando por hecho que parte de los abstencionistas no son también soberanistas.

A su juicio, como gobernante no debe dar ninguna solución política concreta a los que se manifestaron las últimas Diadas ni a los que votaron el 9-N sino al "conjunto de los ciudadanos", y su respuesta es que seguirá "luchando contra el paro" y mejorando lo que importa "a todos", la economía.

El jefe del Ejecutivo denunció que, ahora, tras el 9-N, el 'president', Artur Mas, le vuelve a dar un ultimátum: hablar para negociar la "consulta definitiva". Y se niega. No al diálogo en sí, sino a que tenga esa única meta. "Si quiere modificar la Constitución para liquidar la soberanía nacional, tiene todo el derecho, debería haber empezado por ahí", afirmó. Rajoy considera que es el "único camino legal y responsable" para llevar a cabo los planteamientos independentistas, aunque sabe, apuntó, que Mas no cuenta con los apoyos necesarios para hacerlo.

MENSAJE INTERNO AL PARTIDO

El presidente no cree que la reforma de la Carta Magna sea la solución al encaje de Catalunya en España y ve imposible un acuerdo en estos momentos con los partidos nacionalistas, pero se mostró abierto a que otras fuerzas, como el PSOE, que está preparando ya una propuesta, la someta a debate.

Rajoy defendió la actuación "sensata y equilibrada" de su Gobierno ante el desafío independentista. Se estaba dirigiendo a UPDVox Ciutadans, y especialmente a ese sector del PP que, casi siempre bajo condición de anonimato, ha levantado la voz estos días para reclamarle mano dura con el frente soberanista. En su opinión, los independentistas habrían deseado decisiones más drásticas para obtener "otro tipo de fotografías" en la prensa internacional, como los Mossos d'Esquadra retirando las urnas, pero eso "habría creado más dificultades".

FISCALÍA INDEPENDIENTE

En el turno de preguntas, el presidente no quiso dar su opinión sobre si considera también equilibrada la inminente querella de la fiscalía contra Mas y varios 'consellers'. "No sé si se va a querellar, contra quién, ni qué pena se pide (...) No he dado ninguna instrucción en este sentido", se justificó ante el hecho de que la líder del PPC, Alícia Sánchez-Camacho, la anunciara el martes por la mañana.

En cuanto a la posibilidad de que CiU convoque, de nuevo, elecciones anticipadas, el jefe del Ejecutivo advirtió del riesgo de vivir permanentemente en un proceso electoral. En la Moncloa se apuesta por que Mas deje de contar con los votos de Oriol Junqueras (ERC) y se apoye en el PSC de Miquel Iceta.

NUEVA FINANCIACIÓN AUTONÓMICA

Rajoy destacó que el Gobierno central ha acudido en auxilio de la Generalitat cuando esta ha tenido problemas con sus finanzas. Recordó que Catalunya fue asistida por el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y también participó en el Plan de Proveedores, y se comprometió a seguir ayudando al Ejecutivo de Mas para financiar los servicios públicos esenciales de los catalanes. "Lo he hecho y lo voy a seguir haciendo", subrayó en una referencia indirecta a la reforma que hay pendiente del modelo de financiación autonómica.

No obstante, el nuevo sistema de reparto entre comunidades no estará listo hasta la próxima legislatura. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha reconocido que la mala situación económica impide abordar la reforma este año porque es imposible poner más dinero sobre la mesa para pacificar las demandas políticas de unos y otros.

Los barones del PP están siguiendo con lupa todo lo que acontece en Catalunya. Lo hablaron por última vez con el propio Rajoy el viernes por la noche en Cáceres, donde el partido conservador celebró un cónclave sobre Buen Gobierno. Las elecciones municipales y autonómicas son dentro de seis meses (y las generales dentro de un año) y temen que cualquier decisión que pueda interpretarse como una cesión ante los independentistas catalanes les reste miles de votos en el resto de España. "Con el fin del bipartidismo y el tirón de Podemos ya tenemos suficiente", se lamentaba un dirigente del PP esta semana en el Senado.

SIN CAMBIOS EN EL GABINETE

La prensa también le planteó al presidente si estaba preparando cambios en el Ejecutivo y en la cúpula del PP para recuperar el pulso político tras los últimos escándalos de corrupción que han afectado a sus filas y la tensión con Catalunya. Su respuesta fue otro contundente "no".