Rajoy intenta calmar al PP y aboga por no actuar con "histeria" ante la corrupción

De nuevo, una detención de un dirigente conservador acusado de corrupción ha sacudido al PP. El arresto del Alfonso Grau, exmano derecha de Rita Barberá --quien permanece encerrada en su casa para evitar dar explicaciones sobre el 'caso Taula' después de la imputación de casi todo su grupo municipal y de extenderse las sospechas sobre la financiación ilegal del PP valenciano--, ha caído como un mazazo sobre el comité ejecutivo del PP, reunido este lunes precisamente para respaldar a las gestoras que en la ciudad de Valencia pero también en Madrid, tras la marcha de Esperanza Aguirre, llevarán las riendas locales y regionales del partido en los próximos meses.

En este contexto y pese que algunos populares a la entrada del cónclave, como la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Mari Mar Blanco, han mostrado su "hartazgo" y "enfado" con aquellos de sus compañeros "que se lo han llevado calentito", Mariano Rajoy ha intentado tranquilizar a los suyos, ha recetado calma y serenidad y ha combinado un mensaje de dureza y limpieza con la necesidad de actuar caso a caso y sin dejarse llevar por la "histeria", según han explicado alguno de los presentes. 

En la rueda de prensa posterior, el portavoz popular, Pablo Casado, ha asegurado que, a puerta cerrada, Rajoy ha admitido que la corrupción es "letal" y, por tanto, que su partido y el nuevo Ejecutivo tiene que seguir "actuando con firmeza" para apartar a las manzanas podridas y evitar que haya nuevos escándalos. Hasta aquí, la contundencia. Porque, a renglón seguido, ha pasado a la defensiva deplorando el intento del resto de formaciones de "empañar" el trabajo realizado por el PP y de "poner una malla conjunta para sepultar" la trayectoria del partido conservador. 

Rajoy, que no ha mencionado ni a Grau ni ningún caso concreto, ha sacado pecho de las medidas que él ha tomado encaminadas hacia la regeneración democrática, poniendo como ejemplo, que es la primera vez desde que el dirige el PP que se ha llegado una medida tan dura como nombrar gestoras para refundar organizaciones corrompidas. Asimismo, ha explicado ante los suyos que PSOE y C's no pueden dar lecciones en esta materia porque algunas de las soluciones que están debatiendo para alcanzar un pacto de gobierno, como que los cargos sean apartados cuando se les abra juicio oral, ya fueron propuestas por el PP. 

Casado, por su parte, se ha desahogado en la rueda de prensa y ha reconocido que está "indignado y hasta las narices" de como portavoz tener día a día que "dejarse los cuernos" por defender unas siglas manchadas por "cuatro golfos". "Es una pesadilla", ha llegado a reconocer. Sin llegar a pedir a Barberá que dé un paso atrás, si ha reclamado a la exalcaldesa de Valencia que "reflexione y vea si aporta o no al partido" y ha remachado sobre Grau y la también senadora que "quien no haga lo correcto, que lo pague". 

RAJOY NO SE ABSTENDRÁ EN LA INVESTIDURA DE SÁNCHEZ

Respecto a los pactos de gobierno y el pleno de la investidura de Pedro Sánchez, Rajoy ha ratificado que su partido votará 'no' y usará su discurso en la sesión para explicar por qué el PP no se abstiene para facilitar un Ejecutivo del PSOE, entre otros motivos, porque fue el partido más votado y Sánchez ni si quiera les ha pedido ayuda. 

El líder del PP ha considerado que el dirigente socialista no tiene los apoyos suficientes y su única pretensión es "marear la perdiz" y hacer actos "propagandísticos" y, convencido de que tras el fracaso de Sánchez se puede abrir una nueva etapa, ha señalado que se presentará a la investidura si consigue sumar apoyo suficientes. 

Para preparar el terreno y lograr que Ciudadanos vire y apoye en un futuro a Rajoy, Casado les ha echado varios piropos. "Rivera está jugando limpio", ha señalado por ejemplo. Si bien, el líder del PP aún no ha dicho ni una palabra a la cúpula de su partido sobre el equipo negociador que previsiblemente a partir del martes se sentará con la fuerza naranja en busca de acuerdos.