Rajoy carga contra la hoja de ruta soberanista por «romper la Historia»

Mariano Rajoy recibe al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ayer.

Mariano Rajoy recibe al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ayer.

PILAR SANTOS / MADRID FIDEL MASREAL / BARCELONA

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El impulso dado el lunes en Barcelona al proceso soberanista se volvió a encontrar, en Madrid, con el muro del Gobierno central. El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, cargó contra la nueva hoja de ruta presentada por CDC, ERC y las entidades independentistas porque es «mala» en el «fondo» y en la «forma» y porque «rompe con más de 500 años de Historia en común».

En una rueda de prensa con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se le preguntó a Rajoy si va a tomar alguna medida ahora, una vez conocidos los nuevos planes auspiciados por el president, Artur Mas, o va a esperar a septiembre, y no contestó. El jefe del Ejecutivo recordó que, por mucho que Mas y Oriol Junqueras, quieran hacer del 27-S un plebiscito, no lo es. Si esas elecciones se llegan a hacer («están anunciadas, pero no convocadas», recordó Rajoy) «servirán para elegir un nuevo Parlament». Nada más, vino a decir. «Ningún Gobierno de España va a autorizar la ruptura de la soberanía nacional. Y a partir de ahí, solo quiero decir que mi Gobierno va a seguir trabajando por la concordia, por la integración y por poner en valor un proyecto de convivencia en común que ha sido extraordinariamente beneficioso para los catalanes y los españoles», afirmó el presidente.

BAJA EL APOYO POLÍTICO / Será imposible sacar al jefe del Ejecutivo de este argumentario en los próximos meses, con las elecciones municipales y autonómicas en mayo y las generales a final de año. El PP celebró hace tres semanas la encuesta del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), que señalaba una pérdida de apoyo a las tesis independentistas por parte de los catalanes, algo que, según el portavoz Rafael Hernando, se constató el lunes en la cumbre soberanista. Hernando subrayó ayer que el proceso ha pasado de tener el apoyo de «cuatro formaciones [CiU, ERC, ICV y la CUP]  y media [por la mitad del PSC]» a solo el respaldo de «una y media [por ERC y CDC].

AMPLIAR LA BASE SOCIAL / Ampliar la base política y sobre todo social del acuerdo es precisamente la obsesión de Convergència, Esquerra y las entidades soberanistas. Se trata de intentar acercar lo más posible el 27-S a un plebiscito. Por ello ayer el portavoz del Govern, Francesc Homs, respondió a Rajoy afirmando que su rechazo a la independencia contribuye a dar el carácter especial a la cita con las urnas.

Si Rajoy tiró de manual, Homs tampoco se quedó corto y volvió a tildar al modelo de Estado de «democracia de muy baja calidad» por no aceptar el resultado del 27-S. Homs evitó valorar los términos concretos del acuerdo rubricado el lunes. Los partidos, CDC y ERC, instaron al resto de fuerzas soberanistas a sumarse. El más contundente, el líder de ERC, Oriol Junqueras, quien reclamó que no haya «demoras innecesarias» en los procesos de reflexión de los partidos que no se han sumado al acuerdo. En una conferencia  organizada por El Punt Avui, aseguró que la hoja de ruta comportará ejercer «desde el primer día» la independencia.

Y mientras EUiA acusó a CDC y ERC de dinamitar los puentes de acuerdo, la CUP criticó ayer el aroma de «electoralismo y escenificación» del texto  pero tendió la mano al acuerdo sobre sus contenidos, compatibles con los planes de la CUP. Todo bajo una premisa, insistente en todo el sector independentista: «Ampliar el carril para lograr una mayoría social en las elecciones». Para obtener la mayoría en votos, no solo en escaños.