ENCUENTROS EN LA MONCLOA

Rajoy busca un frente común con Sánchez antes de verse con Mas

Rajoy con Mas, en el último encuentro en el que coincidieron para poco más de una foto en Barcelona.

Rajoy con Mas, en el último encuentro en el que coincidieron para poco más de una foto en Barcelona.

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID
FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Mariano Rajoy ha citado el lunes a Pedro Sánchez en la Moncloa. La fecha elegida es cualquier cosa menos casual: un día después de que el líder del PSOE haya asumido plenos poderes, tras el congreso que el partido celebrará este fin de semana, y dos días antes de que el jefe del Ejecutivo se vea con Artur Mas. Ante un encuentro de tanta trascendencia territorial como el del próximo miércoles, el Gobierno quiere dejar claro que no está solo en su rechazo a la consulta sobre la independencia de Catalunya prevista para el 9 de noviembre, sino que también cuenta con los socialistas, quienes al mismo tiempo buscan que Rajoy se mueva y estudie  una reforma constitucional de tipo federal. En la Generalitat, mientras tanto, pese a que se evitan las críticas previas, las expectativas de alcanzar algún acuerdo son nulas.

Tampoco el Gobierno central tiene puestas excesivas esperanzas en la cita con el president, que girará en torno a una consulta que Rajoy asegura que no permitirá, ni siquiera aunque se cambien la fecha y las preguntas por parte de sus organizadores, como ha llegado a ofrecer Mas. El líder del PP ha repetido por activa y por pasiva en los últimos meses que no piensa pasar a la historia como el presidente que propició un proceso independentista, y su posición, insiste, se encuentra avalada por el rechazo del Congreso de los Diputados y del Tribunal Constitucional al desafío independentista.

LA CONFIANZA / A esa lista de avales pretende sumar Rajoy la del flamante líder de la oposición en vísperas de su compleja reunión con Mas. Pese a algunas de las críticas que se le han hecho en público desde el PP en los últimos días, Sánchez concita en las filas populares mayor confianza para asuntos que conciernen a la unidad territorial que cualquiera de los otros dos dirigentes que aspiraban a la secretaría general, Eduardo Madina o José Antonio Pérez Tapias.

El rechazo a la consulta y la preocupación por Catalunya son puntos de unión entre Sánchez y Rajoy. Pero no hay muchos más. Los socialistas comparten con el Gobierno el miedo a que el portazo definitivo a la consulta lleve a los partidos catalanes a pisar con más fuerza el acelerador hacia la autodeterminación. Incluido el PSC. Pese a la confianza que inspira Miquel Iceta, el PSOE teme que en un contexto de tanta tensión los socialistas catalanes vuelvan a asumir el derecho a decidir.

Por eso, entre otros muchos motivos, creen más urgente que nunca el estudiar una modificación de la Carta Magna que pasaría por reformar el Senado, blindar las competencias de las comunidades y reconocer los hechos diferenciales. Pero el PSOE ve al Gobierno poco dispuesto a dar un paso de este tipo, y menos aún en periodo preelectoral. Aun así, Sánchez insistirá a Rajoy en la necesidad de poner en marcha la reforma constitucional, algo que él pretende intentar aunque sea en solitario: recuperará las iniciativas federalistas en la Cámara baja, que quedaron aparcadas tras el terremoto sufrido por el principal partido de la oposición debido a sus pésimos resultados en las europeas (dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba incluida), y en principio las registrarán en septiembre, coincidiendo con una Diada que se anticipa explosiva.

Esa ausencia de ilusiones sobre los encuentros también se vive en el Govern de la Generalitat. La hoja de ruta de Mas seguirá pasando por la consulta. En la Generalitat creen que el jefe del Ejecutivo, a un año de las elecciones generales, no dispone de ningún margen, ni siquiera para ceder en la financiación. El pacto de Mas con ERC, y el haber acordado también con ICV-EUiA y la CUP la fecha y las preguntas del referendo, hacen que tampoco disponga de espacio de maniobra. El president no quiere repetir la alianza sobre el Estatut a la que llegó en el 2006 con el entonces jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, de espaldas al resto de partidos que habían forjado la ley fundamental.

LA DUDA DE LAS PLEBISCITARIAS / Aun así, sobre el papel todo está abierto. El portavoz del Govern, Francesc Homs, dijo ayer que Mas acudirá a hablar «de todo» y «sin condicionantes». Pero la consulta es innegociable. El líder de CiU tiene trazada la alternativa, en forma de elecciones plebiscitarias. La duda en la Generalitat ya no es si habrá pacto o no con Rajoy sino el siguiente paso: si habrá candidatura unitaria de los soberanistas en esos comicios o si cada partido concurrirá con sus siglas.