La ofensiva diplomática de Escocia en Bruselas enerva a Rajoy

PILAR SANTOS / BRUSELAS (Enviada especial)

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La incertidumbre que ha generado en el continente el triunfo del ‘brexit’ se ha agravado con otro asunto colateral con importantes consecuencias en España por el independentismo catalán: la voluntad de Escocia de seguir en la Unión Europea. Con ese objetivo, la ministra principal, Nicola Sturgeon, voló este miércoles hasta Bruselas para lanzar una ofensiva diplomática en toda regla y dejar claro que los ciudadanos del territorio que gobierna apoyaron mayoritariamente seguir en el club europeo.

Sturgeon consiguió reunirse con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Parlamento, Martin Schulz, el mismo día en que, por primera vez en 43 años, el Reino Unido empezaba a escenificar la desconexión. Todo un símbolo (David Cameron en Londres y la representante escocesa en Bruselas) que ha molestado al Gobierno español. Mariano Rajoy protestó y se mostró “radicalmente en contra” de que Escocia negocie con Bruselas la posible continuidad en la Unión. “Si el Reino Unido se va de la UE, Escocia también se va”, proclamó. “El Gobierno español se opone --y estoy convencido de que en esto coincidimos con todo el mundo-- a que estas negociaciones se hagan con alguien distinto al Gobierno de Londres. Lo demás son problemas internos del Reino Unido”, añadió con tono enérgico.

COMPRENSIÓN DE STURGEON

Sin embargo, no todos los dirigentes han hablado aún de los movimientos de Sturgeon.  El presidente francés, François Hollande, sí coincidió en que debe ser Downing Street el que dialogue con Bruselas, aunque no se cerró a que, una vez que se consume el ‘brexit’, se pueda hablar de todo. Porque ¿qué pasaría si fuera el propio Gobierno británico el que, dentro de unos meses, planteara una solución para los territorios que quisieran seguir en la Unión? Hollande se curó en salud y fue prudente. Tampoco Juncker ni Schulz han ido más allá. Juncker dijo una y otra vez que iba a “escuchar” a Sturgeon. La ministra principal dio una rueda de prensa después de su intensa jornada y aseguró que no le llamó la atención la reacción de Rajoy. "No me sorprenden esas posiciones de partida en esta fase tan temprana de un país como España", dijo.

Esta polémica puede verse mitigada, ya que la propia dirigente escocesa admitió que entiende que Londres debe encabezar las negociaciones, pero que espera que en la etapa de transición que se abre hasta que la salida sea efectiva (se calculan unos dos años) se encuentre alguna fórmula para contentar a sus ciudadanos.

REUNIONES SIN EFECTOS PRÁCTICOS

Rajoy fue preguntado sobre si España vetaría la entrada de una Escocia independiente en la UE y no quiso responder. “El futuro ya no es algo que me toque decidir a mí”, contestó. El presidente en funciones es consciente de la trascendencia de los gestos de unos y otros y quiere que la “difícil” aplicación del ‘brexit’ se haga con “calma” y “serenidad”.

El presidente desligó cualquier influencia de la salida del Reino Unido de la UE respecto de las aspiraciones independentistas de Catalunya.”El hecho de que se vaya nada tiene que ver con los planteamientos que hacen algunos dirigentes políticos en Catalunya”, comentó cuando se le recordó la alegría con la que se han recibido las gestiones diplomáticas de Sturgeon y la posible convocatoria de un segundo referéndum. Rajoy subrayó, respondiendo a Carles Puigdemont, que esas reuniones no tienen ningún “efecto práctico”.

CONSECUENCIA PARA GIBRALTAR

Al Gobierno español la excepcionalidad de Escocia le supone un grave problema no solo por el posible aumento del independentismo, al ver cómo Bruselas se presta a escuchar a ‘nuevos estados’, sino también con Gibraltar. Las autoridades del Peñón, donde el ‘no’ al brexit triunfó de manera incontestable, quieren sumarse a Escocia en su estrategia y que las dos zonas sigan dentro de la Unión. El ministro principal, Fabián Picardo, explicó estos días atrás que está en conversaciones con Sturgeon para analizar varias opciones. Según el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, el Ejecutivo español planteará que Gibraltar vuelva a ser español en un plazo razonable de tiempo y tras una transición con un régimen de cosoberanía.