Rajoy acusa el golpe y admite que el 'caso Rato' perjudica al PP

Rajoy, ayer, tras el acto en el palacio de los deportes de Murcia

Rajoy, ayer, tras el acto en el palacio de los deportes de Murcia

XABIER BARRENA / LAURA PUIG / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

No es hombre, Mariano Rajoy, que tienda a darse por aludido cuando una situación le golpea. Acostumbra a parapetarse y esperar que la ventisca amaine. Ayer, apenas seis días después de tratar de animar a su tropa vaticinando que iban a ganar las elecciones municipales y autonómicas por «las siglas», tuvo que admitir que el caso Rato caso Rato«afecta especialmente al PP», no en vano el exvicepresidente del Gobierno ha sido uno de «los activos más importantes» de la fuerza conservadora durante «muchos años». De hecho, se trata del hombre que pudo haber reinado en el partido, en lugar del propio Rajoy. Y el escándalo preocupa especialmente porque ocurre a 40 días de las elecciones. Y porque las encuestas detectan un flujo de votantes populares a Ciudadanos, que ha hecho de la lucha anticorrupción su bandera.

El rosario de lamentos siguió, primero, con la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, quien aseguró que la investigación sobre Rodrigo Rato ha sido «una gran decepción». Y en Washington, según informa Idoya Noain, el ministro de Economía, Luis de Guindos admitió que ha sido un golpe «duro desde el punto de vista personal», aunque a renglón seguido añadió que «la obligación es aplicar la ley [...] y se tiene que aplicar independientemente de la persona o lo que haya sido».

 En esta misma idea abundó Rajoy. De visita en Murcia, tras la cual recaló en tierras valencianas para almorzar con el candidato de esta comunidad, Alberto Fabra, el presidente del Gobierno recalcó que «todos los españoles son exactamente iguales ante la ley». «A partir de ahora estaremos a lo que diga la Agencia Tributaria y la Fiscalía», dijo Rajoy antes de dar garantías de la «independencia» de estos organismos.

El presidente apuntó, igual que hicieron la víspera su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que la investigación a Rato «no tiene absolutamente nada que ver» con la amnistía fiscal del 2012, sino que se deriva de «actuaciones normales» de la Agencia Tributaria. De este organismo ha partido la denuncia contra Rato por supuestos delitos de fraude, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales.

Por último, acaso como intento de demostrar que su partido ha hecho propósito de enmienda, el líder del PP aseveró que el Ejecutivo «ha hecho batalla» a lo largo de esta legislatura «de la lucha contra cualquier tipo de fraude». «La Agencia Tributaria ha aflorado más de 100.000 millones que antes no pagaban impuestos», presumió Rajoy, quien no aclaró si acudirá al Congreso a dar explicaciones por el nuevo escándalo que ha sacudido a su partido.

Sin embargo, el PSOE no considera que esto sea suficiente y sigue reclamando su comparecencia en la Cámara baja, además de que revele los nombres de las personas que se han acogido a la amnistía fiscal, que apoye la creación de una comisión de investigación sobre el caso Rato y haga dimitir al ministro de Hacienda. Especialmente agresivo se mostró el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Antonio Hernando, quien calificó al exvicepresidente económico de «sinvergüenza» y responsabilizó a Rajoy del «blanqueo de dinero» por haber «permitido» que se aprobara en esta legislatura la amnistía fiscal.

Más templado estuvo su jefe de filas, Pedro Sánchez, aunque no desaprovechó un acto con vecinos en Barcelona para cargar contra el PP y el Gobierno. A su juicio, con casos como el de Rato o el del extesorero Luis Bárcenas, Rajoy ha demostrado que es un «fraude» «El PP es incapaz de regenerar la política de este país porque ha sido incapaz de regenerarse a sí mismo», añadió, antes de vaticinar que «se está acabando el tiempo del PP». Por la tarde, en L'Hospitalet, reprochó que Rajoy «se presentó a las elecciones anunciando que no subiría los impuestos, y a quien se los ha subido es a la clase media trabajadora, y a quien se los ha perdonado es a compañeros de partido».

Sánchez también criticó la «hipocresía» de los populares, que en Catalunya reclamaron una comisión para investigar el caso de Jordi Pujol, pero en cambio se niegan a hacer lo mismo en el Congreso cuando los escándalos afectan a sus propias filas.

En el río revuelto del escándalo que afecta al exvicepresidente, aprovechó ayer para pescar el líder de Ciutadans, Albert Rivera, quien abogó por «hacer limpieza [...] caiga quien caiga y se llame como se llame». Asimismo, Rivera advirtió tanto al PP como al PSOE de que si quieren llegar a pactos poselectorales con su fuerza deberán cumplir con un «listón ético» que se basa en que no pueda haber ningún cargo público imputado por corrupción.