Qué hay de las generales

XAVIER BRU DE SALA

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Tanto hablar de las elecciones del 27-S y tan poco de las generales. Por su carácter plebiscitario, las autonómicas revisten una importancia capital, como reconoce incluso Xavier García Albiol, flamígero candidato del PP. Pero no por ello las generales son secundarias. Ni mucho menos.

La gran pregunta sobre el 27-S se responderá con el doble recuento. En primer lugar, los votos a las candidaturas independentistas, si en total son más que la suma de las demás (cosa difícil, pero que depende ante todo de la participación). En segundo, la dialéctica entre las tres candidaturas de cambio radical que configurarán la legislatura, Junts pel Sí, Catalunya Sí que es Pot y la CUP. Si habrá mayoría, y legitimidad suficiente, para aprobar la famosa declaración unilateral de independencia, o si, como alternativa o de forma complementaria, se iniciará un proceso constituyente que reúna a las tres. Esto último dependerá en buena parte del resultado de las generales.

En Catalunya, la gran pregunta sobre las generales girará en torno a la persistencia o el fin del voto dual. En efecto, la contradicción más evidente del comportamiento electoral de los catalanes consiste en eso: mientras en las autonómicas siempre han ganado, y de mucho, los partidarios de un mayor autogobierno, contrarios también al déficit fiscal, en las generales se han invertido las tornas, de forma que la mayoría de los representantes de Catalunya en la sede de la soberanía española han votado siempre a favor de la persistencia del déficit fiscal y en contra del incremento efectivo del autogobierno. Si alguna vez predicaron el contrario, más de boquilla y en campaña que en los programas, a la hora de la verdad han apoyado el status quo y su dinámica recentralizadora.

¿Persistirá la dualidad? ¿La mayoría de los diputados al Congreso elegidos en Catalunya estará por primera vez a favor de cambios reales y profundos? ¿Se repetirá o no en las generales la victoria del independentismo que se pronostica para el 27-S? Más importante aún, ¿habrá mayoría de diputados soberanistas? ¿Levantarán de nuevo el vuelo PSOE y PP después del hundimiento, si se confirma, del 27-S?

Dependerá en buena parte del resultado de las catalanas, de la posición en que quede el independentismo, de la altura de la oleada de cambio. También de las candidaturas. De si se repite el esquema de las autonómicas o cada cual la emprende por su cuenta. En este caso, el reto de Junts pel Sí consistiría en obtener un mínimo de 24 escaños, solo o con la torna de la CUP. Cinco más que la suma, en el 2011, de CiU y ERC. Un listón muy alto pero no inalcanzable.

Si el independentismo consiguiera los 24 diputados y una alianza entre ICV y Podemos quedara en segundo lugar, el cambio en Catalunya quedaría muy consolidado.