¿Qué Convergència?

Está bastante claro que si Mas recibe un nuevo castigo en las urnas, tiraría la toalla

TONI AIRA

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La última encuesta del Centre d'Estudis d'Opinió ha vuelto a poner encima de la mesa una proyección de voto que de cara a unas elecciones al Parlament con el actual esquema de partidos, cada cual por su lado, deja las cosas como están ahora en lo que respecta a suma de bloques. Eso sí, con mucho más desgaste de los partidos hasta ahora grandes (especialmente CiU PSC) y con un mano a mano en la disputa por la primera plaza entre la fuerza de Artur Mas y la Esquerra de Oriol Junqueras. ¿Qué solucionaría esto ahora? Se hacen esta pregunta en Convergència y más allá. Porque una duda razonable emerge de entre los análisis que estos días se hacen sobre las bondades de una u otra fórmula para concurrir a unas elecciones de carácter plebiscitario: ante un escenario como este, ¿con qué Convergència tendría que pactar Junqueras o quien sea? Misterio. Más que en la sonrisa de la Gioconda.

Y es que está bastante claro que si pierde las elecciones o recibe otro castigo en las urnas, un Mas que ya lo habría probado todo para intentar convencer tiraría la toalla. Dicen aquellos que le conocen bien que se iría de forma elegante y sin hacer ruido. Pero si así fuera, ¿quién cogería entonces las riendas de Convergència? Y, de hacerlo, ¿sería para replantear la estrategia actual o para persistir en ella a pesar de haber perdido carros, carretas, muchos diputados e incluso al líder? Estos interrogantes son algunos de los que se plantean convencidos soberanistas dentro y fuera de CiU. Esta es una de las grandes dudas que no se pueden verbalizar para no mostrar debilidad y para no levantar suspicacias, pero que está ahí y que explica parte de la insistencia de Mas en afrontar los próximos comicios catalanes, si se quieren en clave de referéndum por la independencia, con un esquema de partidos diferente a uno clásico que más que sumar se cree que restaría (no solo a CiU). Las incógnitas, se entiende, son más en un escenario clásico y tradicional, que no en uno excepcional. Paradoja.

Sabemos qué Convergència hay hoy, que vive mucho de Mas. Pero, ¿cómo sería la derivada de un escenario como el que prevén las encuestas? ¿Y con qué liderazgo? Muchos interrogantes, y unos cuántos nombres como el de Francesc Homs, Josep Rull, Santi Vila o Germà Gordó. En privado la mayoría de ellos ya no se descarta. Y hay bastante distancia entre lo que supondría el liderazgo de uno u otro. ¿Renovación a fondo del partido o no? ¿Masismo sin Mas o cambio de rumbo claro? ¿Limpieza o reubicación? Ahora mismo se les complicaría mucho la vida en casa. ¿Demasiado?