LA ENCRUCIJADA DEL SOCIALISMO

Javier Fernández llama a la unidad y pide al PSOE que abandone el "ombliguismo"

El presidente de la gestora, en un discurso muy duro, acusa al antiguo sanchismo de falta de "lealtad al partido"

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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El discurso inicial de Javier Fernández en el comité federal de este sábado (completo, duro y muy celebrado por sus defensores) tuvo algo de desahogo. “Me gustaría tener menos responsabilidad de la que tengo y así más libertad para decir lo que pienso”, comenzó diciendo. Tímido y con cierta alergia a los medios, Fernández se había comportado con prudencia declarativa desde que fue nombrado presidente de la gestora, pero este sábado cambió de actitud para transmitir lo que pensaba sobre lo ocurrido en los últimos meses dentro del PSOE, uno de los periodos más traumáticos en la historia del partido.

Quienes salieron peor parados en su intervención fueron Pedro Sánchez y sus antiguos aliados, quienes azuzaron a las bases en contra de los dirigentes críticos con el exsecretario general que abogaban por la abstención ante el PP. “Hubo quien construyó una atmósfera de intimidación, de un antagonismo ritualizado, primario, agresivo… Sobre todo en las redes sociales”, explicó el también presidente asturiano. Poco después continuó por el mismo camino, acusando a parte del antiguo sanchismo, hoy convertido en antisusanismo, de falta de lealtad. “Ser leal al partido es aceptar las decisiones democráticas que se toman en sus órganos. Ser leal al partido no es trazar una raya y hacer que una decisión polémica pero democrática se convierta en una traición a las esencias”, argumentó.

LA DISTANCIA CON LAS BASES

Hubo espacio para la autocrítica. Así, Fernández reconoció que tanto él como muchos otros no se atrevieron a defender la abstención en un primer momento para no distanciarse de las bases. “Al día siguiente de las elecciones de junio la inmensa mayoría de los dirigentes de este partido sabíamos lo que había que hacer; lo que no sabíamos era cómo ganar el congreso después de hacerlo”, dijo.

Lo que pretendió el presidente de la gestora con su discurso fue reclamar al PSOE una vuelta a la “unidad” y el destierro del “ombliguismo” para que los socialistas abandonen la eterna discusión interna y se centren “en España”, pero también propiciar el debate con los críticos, algo que consiguió a medias. Muy pocos afearon sus palabras. Entre otros, la balear Francina Armengol, la vasca Idoia Mendia y el castellano-leonés Luis Tudanca, quien se quejó, según varios presentes, de que le “dieran lecciones”.