El PP y el PSOE, bajo mínimos

Àngels Pont

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Hace un par de semanas comentábamos la inestabilidad delmapa electoral catalán. Hoy tenemos que hablar de la inestabilidad del mapa electoral español. En el análisis de los resultados no debemos pasar por alto el fuerte impacto del'caso Bárcenas' sobre los votantes delPPcoincidiendo con las fechas de la recogida de la información. Este caso se suma a la insatisfacción generalizada que existe sobre el estado del país que, una vez más, vuelve a empeorar: valoración más negativa tanto de la situación política como de la situación económica, unas expectativas de futuro más pesimistas y una valoración muy crítica con la gestión del Gobierno deMariano Rajoy,hasta el punto que supera las peores valoraciones que recibióJosé Luis Rodríguez Zapateroen los últimos meses de su Ejecutivo.

Eldescontento general también aparece cuando se pide por laconfianza hacia los dos partidos que en los últimos 20 años han aglutinado, conjuntamente, más del 70% de los votos de los españoles. La confianza en elPPo en elPSOEse sitúa, en ambos casos, en el nivel más bajo de la serie: solo el 7,5% dice que confía en el PP (25% hace un año) y el 8,7% en el PSOE (14% hace un año). La valoración que merecen sus líderes también es crítica: tantoRajoycomoRubalcabaretroceden y obtienen las peores valoraciones de la serie. Además, por primera vez, en la confrontación cara a cara de preferencias como presidente la opción más elegida es «ninguno de los dos».

La traslación de esta situación en el mapa electoral tiene necesariamente un fuerte componente coyuntural, pero en sí mismo es un buen indicador del estado de ánimo del país y del estado de salud de las diferentes fuerzas políticas. Lo primero que nos encontramos es que casi un 40% de los ciudadanos entrevistados no han respondido a la intención directa de voto, algo que no había ocurrido en los últimos 12 años de la serie de encuestas que dispone EL PERIÓDICO (nos hemos de remitir a un 36% de 2002 cuando gobernabaJosé María Aznaren pleno debate por la entrada de España en la guerra de Irak).

El segundo dato a destacar es que el PP sale por detrás del PSOE enintención directa de voto, algo que no ocurría desde hacía cuatro años. De todos modos hay que poner énfasis en que la primera posición del PSOE no es por méritos propios sino por el fuerte retroceso del PP. De hecho, los dos partidos se sitúan en sus mínimos de la última década.

Los movimientos en la intención directa, junto con las fidelidades e infidelidades de cada electorado, apuntan unos resultados inéditos cuando procedemos a la proyección o estimación de voto: una fuerte caída del PP que le permitiría ganar algún escaño al PSOE pese repetir los pésimos resultados de las elecciones del 2011. Y un avance muy considerable tanto en voto como en escaños de IU y UPD, sobre todo por los trasvases de socialistas y populares, respectivamente. Así pues, un marco político completamente nuevo en el que cualquiera de los dos grandes partidos estaría muy lejos de la mayoría absoluta y lejos también de alcanzarla con un único aliado.