ANÁLISIS

La propuesta socialista, ¿un buen primer paso?

JOAN BOTELLA

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El anuncio por parte del PSC el pasado mes de abril de su propuesta de ley electoral para Catalunya sacudió en su momento el panorama político. Mientras en el Parlament avanzaba lentamente el trabajo de consenso entre varios grupos parlamentarios, ese movimiento debería haber obligado a que cada partido mostrara  sus cartas. Algo que, a estas alturas, la mayoría aún no ha hecho.

Más allá de las consideraciones de táctica política, lo que hay que plantearse es: ¿Estaba la propuesta socialista a la altura de lo que la sociedad espera? El movimiento del 15-M puso sobre la mesa varias exigencias: más control de los electores sobre los diputados, conexión de proximidad entre unos y otros, menos peso de los aparatos, etcétera.  La propuesta alemana del PSC prevé la elección directa de 58 diputados en distritos electorales pequeños; el resto procederían de listas de partido para compensar de modo proporcional la representación.

¿Puede este sistema funcionar bien? Aunque con dificultades, sí: el predominio territorial caería de modo mayoritario en manos de CiU, con la irrupción de ERC si se confirman las tendencias actuales, con unas cuantas bolsas prosocialistas. El resto de los partidos tendrían solo una representación política general, pero con un arraigo territorial limitado. Como todos los sistemas electorales mixtos, que combinan elección uninominal y proporcionalidad, hay algunas dudas sobre cómo podrían evolucionar las cosas con el tiempo (cambios poblacionales, reequilibrios entre partidos, etc.); pero con los datos  actuales, se podría asegurar a la vez territorialidad y buena proporcionalidad.

Pero (y es un gran pero!!) el 15-M pedía más cosas: menos peso de los partidos en la selección de los candidatos; mejor regulación de las campañas; mejor cumplimiento de las promesas electorales; una buena administración electoral. La propuesta socialista, en lo que hoy se conoce ( la pueden ver en la web lleielectoral.cat ) no entra en estos aspectos: se ocupa solo del reparto de escaños, y de la conexión territorial de los diputados. Es importante, pero también lo es, y mucho, lo que no se menciona. Solo dos ilustraciones: ¿Cómo se designarán los candidatos que los partidos presenten en los distritos uninominales? ¿Serán elegidos por los miembros locales del partido, o serán paracaidistas caídos desde las capitales de provincia? En Alemania lo primero es obligatorio: ¿será posible aquí?

O bien: ¿cómo se va a asegurar una información preelectoral de calidad? ¿ Seguiremos con bloques electorales y con publireportajes editados por los propios partidos, o podrán los medios de comunicación hacer una cobertura informativa independiente, debates significativos entre los candidatos, una exploración a fondo de las propuestas y de las experiencias de gestión? La ciudadanía pedía y pide más transparencia y mayor control sobre los elegidos. La propuesta socialista puede ser un buen primer paso en esa dirección; pero todavía falta claridad sobre aspectos esenciales.