Escándalo en las filas conservadoras

El silencio del PP sobre Bárcenas se vuelve contra el Gobierno

Luis Bárcenas saluda a los periodistas con una nueva peineta, ayer al llegar a su domicilio madrileño.

Luis Bárcenas saluda a los periodistas con una nueva peineta, ayer al llegar a su domicilio madrileño.

GEMMA ROBLES
MADRID

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mariano Rajoy decidió dejar la gestión política del escándalo Bárcenas en manos de la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, y su equipo de dirección, con el fin de que no hubiera mensajes contradictorios desde las filas populares y, fundamentalmente, buscando que el asunto perjudicara lo menos posible a la acción del Gobierno en un momento económico tan delicado. Además, Rajoy reunió la semana pasada a sus parlamentarios para pedirles que se centrasen en la acción legislativa -a sus ministros ya les había pedido que se volcaran en atender sus responsabilidades ejecutivas- y dejaran a un lado los «enredos» derivados de la corrupción. Rajoy daba por entendido que de eso se encargaba el partido.

Pero algo debe de estar fallando en la estrategia diseñada por Rajoy cuando ayer, de forma obvia, la presentación oficial del plan de estímulos al crecimiento y apoyo a los emprendedores, la iniciativa estrella que el jefe del Ejecutivo anunció en el debate del estado de la nación, se vio eclipsada por el caso Bárcenas.

Fue la vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, la encargada de explicar ante la prensa el decreto con las nuevas medidas económicas aprobado por el Consejo de Ministros. Sáenz de Santamaría, que compareció sola en la Moncloa, se tomó su tiempo para dar cuenta de unas iniciativas con las que el Gobierno, erosionado por meses de recortes, pensaba tomarse un respiro frente a la opinión pública. Pero la número dos del Ejecutivo no pudo evitar el aluvión de preguntas que los periodistas le dedicaron, al término de su exposición inicial, sobre el escándalo Bárcenas.

DIRECCIÓN MUDA / ¿Por qué ha mentido el PP sobre la indemnización de despido prorrateada al extesorero que en realidad era un sueldo? ¿Puede aguantar un Gobierno pendiente de las sorpresas que cada día protagonice Bárcenas? ¿Ha intentado quien fuera guardián del dinero del PP chantajear al líder de su partido? Estas son solo algunas de las cuestiones que se plantearon en la rueda de prensa a una visiblemente incómoda Sáenz de Santamaría, que trató de zafarse de estos interrogantes alegando que ella asume la portavocía gubernamental, no la del PP. Cuando se le pidió que aclarase si Rajoy, el presidente, iba a presentar una querella contra Bárcenas, se remitió a la contestación oficial ofrecida por el partido. Pero esa respuesta oficial no existe porque la dirección popular permanece muda. Mientras, los periodistas buscan a alguien a quién poder preguntar.