ELECCIONES A LA JUNTA

Ciudadanos da el primer aviso a un PP que se hunde en Andalucía

PILAR SANTOS / MADRID

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Como vaticinaban las encuestas, José Manuel Moreno se quedó muy lejos de poder arrebatar al PSOE el mando en esta comunidad, donde los socialistas gobiernan desde hace 37 años. Moreno es la primera víctima política de la irrupción de Ciudadanos (9 escaños) en el mapa electoral español, un partido que, junto con Podemos, pretende acabar con el bipartidismo este año electoral (faltan las locales, más autonómicas y las generales).

Esta derrota del PP andaluz no solo es de Moreno. Es también, y muy especialmente, de Mariano Rajoy. El presidente de los populares tardó 20 meses en buscar un sustituto a Javier Arenas, que tras cuatro fracasos en las urnas andaluzas decidió tirar la toalla el 11 de junio del 2012, tres meses después de las anteriores elecciones autonómicas.

EL ERROR DE APLAZAR LA DECISIÓN

Pese a que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, presionó a Rajoy para que tomara una decisión cuanto antes y le propuso otro candidato (José Luis Sanz), el líder de los populares no solo descartó ese nombre, sino que, como otras muchas veces, aplazó al máximo la decisión y, al contrario que otras muchas veces, le ha salido mal.

Con esos 20 meses sin un líder en Andalucía, el PP no pudo afianzar el buen resultado que consiguió Arenas en el 2012, cuando fue el más votado aunque el pacto entre el PSOE e Izquierda Unida le impidió gobernar. Tampoco pudo el partido conservador en esa región sacar partido al escándalo de los ERE como podría haber hecho con un jefe de la oposición al frente.

Rajoy, consciente de su responsabilidad en la elección de Moreno, una apuesta que también apoyaron Arenas y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se ha volcado en la campaña electoral. Hasta en cinco ocasiones ha viajado a Andalucía estas últimas semanas, pero su implicación no ha valido de nada y habrá quien la haya considerado perjudicial: el PP cayó ayer de 50 a 33 escaños, el peor resultado desde 1990.

En el entorno de Moreno se decía estos días que sacar 38 asientos era una buena noticia, conscientes de que el cabeza de lista iba a achacar el desgaste de la marca nacional tras tres años de recortes de la Moncloa. Que Moreno lograra solo 33 es una muy mala noticia, aunque nadie en el PP nacional se plantea relevarle, ya que es una apuesta a largo plazo, como le hizo saber el presidente cuando le señaló con su dedo.

PARLAMENTO "PLURAL"

El candidato conservador habló anoche ante los medios de comunicación para asumir el fracaso, aunque se permitió decir que había hecho una "buena campaña", algo que sostienen también en la dirección del PP. Moreno pidió "a todos" que entiendan "bien" el mensaje de los electores, que han preferido un Parlamento "plural" y no una "mayoría absoluta". Los conservadores perdieron ayer más de 500.000 votos (sacaron 1.570.000 en el 2012), una cifra alarmante que, junto con el auge de Ciudadanos, se analizará estos próximos días en Génova, pero también deberán decidir en el cuartel general si su tesis sobre la recuperación (o se vota al Partido Popular o se pone en peligro la salida de la crisis) es acertada. En Andalucía, como vino a decir Moreno entre líneas, se ha demostrado que la mayoría prefiere dar su apoyo a otras fuerzas políticas, incluidas las nuevas, Podemos y Ciudadanos.

CON UN OJO EN EL PARTIDO

Rajoy llegó a la sede principal del PP, en la madrileña calle Génova, a las 20.30 horas. El presidente siguió el escrutinio en la séptima planta, acompañado de la vicepresidenta; el presidente del Congreso, Jesús Posada, y los ministros Cristóbal Montoro (Hacienda) y Fátima Báñez (Trabajo). También estaban Arenas, Cospedal y el vicesecretario Carlos Floriano.

El jefe del Ejecutivo, muy futbolero y merengue, pudo ver el Barça-Madrid mientras avanzaba el recuento de papeletas. Una noche rara en Génova, no solo por el clásico sino también por algunas ausencias. Hace solo tres años, en la noche de las andaluzas de marzo del 2012, estaban a su lado tres personas importantes en su carrera: los entonces ministros Alberto Ruiz-Gallardón Ana Mato, y el presidente de Bankia, Rodrigo Rato. Ahora ninguno de los tres están a su vera por diferentes razones.

El PP intentará consolarse estos días diciendo que han tenido el mismo apoyo que en las europeas (el 26% de los votos) aunque sabe que eso es una ilusión y el empuje de Ciudadanos, una realidad.