Los Presupuestos descartan el adelanto de las generales

GEMMA ROBLES / PILAR SANTOS / MADRID

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Pese a que Mariano Rajoy ha dicho públicamente y en varias ocasiones que pretendía celebrar las generales «más o menos» cuando tocan, en torno a finales de noviembre, se han venido sembrando dudas sobre un posible adelanto electoral. La oposición lo pide «por el bien de España», aunque es innegable que la tendencia que marcan los sondeos evidencia que también lo solicitan en provecho propio: el PP no pasa su mejor momento. También desde las filas populares -y empresariales- se ha sugerido a Rajoy que hacer coincidir las generales con las catalanas previstas para el 27-S podría provocar que Artur Mas diera un paso atrás.

No obstante, este jueves el jefe del Ejecutivo ha confirmado que se dispone no solo a elaborar, sino también a tramitar («a aprobar», decían con más claridad fuentes de su entorno) los Presupuestos, un anuncio que disipa cualquier especulación sobre adelantos: desde el día en que las cuentas públicas se presenten en el Congreso, Rajoy necesita unos 134 días para colocar las urnas, esto es, unos 80 para finalizar el trámite presupuestario y otros 54 que han de separar la fecha de la convocatoria oficial de las legislativas y disolución de las Cortes de la cita con las urnas. Estas cifras colocan el foco electoral en el último fin de semana de noviembre o uno de los primeros de diciembre.

COMO PROGRAMA ELECTORAL

Así, el Gobierno tiene previsto aprobar el techo de gasto -primer paso para impulsar las Cuentas de 2016- en el Consejo de Ministros del día 10 de julio. Dado que el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha admitido que los Presupuestos ya están prácticamente listos, entraría en lo posible aprobarlos en el siguiente consejo gubernamental, el viernes 17, y presentarlos en el Congreso el lunes 20, por ejemplo. Con esa hipótesis de cálculo y teniendo en cuenta que el periodo medio de la tramitación presupuestaria (si no se utilizan vías de urgencia) suele rondar los 80 días, Rajoy podría tener aprobado sus Presupuestos y, por tanto, disolver el Congreso y el Senado en la semana que comprende entre el 5 y 11 de octubre y sacar las urnas a la calle el 29 de noviembre.

Si en vez del 20 de julio se elige una fecha más pegada al final del mes para que Montoro entregue en el Parlamento las nuevas Cuentas, entonces el día 6 de diciembre (aunque es la jornada en la que se celebra la fiesta de la Constitución) o el domingo 13 pasarían a ser los días del calendario con más posibilidades de ser el elegido para votar.

Según Rajoy, su polémica decisión de adelantar Presupuestos con unas reñidas elecciones a la vuelta de la esquina obedece a su «seriedad». «La medida dará seguridad a los españoles, los agentes económicos y los mercados», ha dicho este jueves. Pero es obvio que el líder popular quiere hacer de las cuentas públicas su programa y tenerlas cerradas y remitidas a Europa antes de las generales. Por lo que pueda pasar. A España, dice, pero también a él y al PP.