JUICIO EN MADRID

Un presunto líder yihadista dice que solo quería ayudar al pueblo sirio

AGENCIAS
MADRID

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El presunto líder de la primera célula del Estado Islámico juzgada en España condenó el terrorismo, ayer ante el juez, y denunció ser «cabeza de turco». Karin Abdeselam Mohamed, cuya organización está acusada de reclutar terroristas para enviarlos a atentar a Siria, declaró que si planeó un viaje a Turquía fue para visitar un campo de refugiados sirio, no para luchar. Quería, dijo, ofrecerles ayuda humanitaria.

El fiscal pidió entre 10 y 12 años de cárcel para Abdeselam, alias Marquitos, y para nueve presuntos miembros más de la célula radicada en Ceuta y Marruecos. Entre ellos, Ismael Abdellatid Al Lal, otro de los cabecillas. Están acusados de haber enviado a luchar a Siria a 14 personas, ocho de las cuales murieron.

En el juicio en la Audiencia Nacional, que proseguirá hoy, los imputados señalaron que el Corán prohíbe inmolarse, condenaron «todo tipo de terrorismo» y, además, denunciaron haber sufrido  un trato «discriminatorio» en prisión a causa de su religión. El presunto líder de la célula terrorista se presentó a sí mismo como una víctima: «Otra vez me acusaron de pertenecer a Al Qaeda, ahora del Estado Islámico, cuando salga otro grupo me acusarán también por ello».

Abdeselam, que se declaró español, árabe y musulmán, aseguró que quiso desplazarse a Turquía para ponerse en contacto con una mezquita y visitar un campo de refugiados del pueblo sirio, a los que quería ayudar. A los demás acusados, dijo, les conocía por ser vecinos suyos en el barrio del Príncipe de Ceuta, pero negó haberles adoctrinado.

«QUIERO PAZ EN EL MUNDO» / Sobre las páginas de internet visitadas acerca del conflicto sirio, los acusados declararon que solamente querían estar informados del mismo. «Quiero paz en todo el mundo, no solo en esa zona», afirmó uno de los juzgados. Otro negó que los 1.300 euros que le habían incautado fueran para financiar la yihad. Afirmó que provenían de una colecta para pagar las deudas a las que se había visto abocado como padre de cinco hijos.