Presidente yemení alerta sobre "terror y destrucción" a los chiís en el país

Decenas de miles de partidarios del movimiento chií en Saná salieron este miércoles por tercer día consecutivo para pedir la dimisión del Gobierno

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El presidente del Yemen, Abdo Rabu Mansur Hadi, pidió este miércoles al movimiento radical chií de los hutíes que no conduzca al país a "un escenario de terror, destrucción y de guerra civil", recurriendo a la violencia para derrocar al Gobierno.

En declaraciones recogidas por la agencia yemení Saba, Hadi advirtió sobre "el horror y la lucha entre civiles, como ocurre en otros países de la región", durante una reunión con parlamentarios, líderes gubernamentales, políticos y jefes del Ejército y la Policía en el palacio presidencial de Saná.

El movimiento rebelde comenzó ayer a desplegar a sus combatientes en los alrededores de Saná, en lo que se supone que son los preparativos de una ofensiva, según las autoridades de seguridad. Efe pudo constatar hoy miércoles una concentración de unos 10.000 combatientes chiíes a unos 20 kilómetros al oeste de la capital.

"Pido a los hutíes mirar las cosas con el máximo realismo y responsabilidad para darse cuenta de las graves consecuencias de la falta de consenso. Que el orgullo no os lleve a cometer injusticias", dijo el presidente. Hadi advirtió además de que la violencia "sólo llevará a más desastre, caos y derramamiento de sangre".

Decenas de miles de partidarios del movimiento chií en Saná salieron este miércoles por tercer día consecutivo para pedir la dimisión del Gobierno y la anulación de la reciente subida de los precios de los combustibles.

El actual Gobierno de coalición está presidido por el político independiente Mohamed Salem Basandawa desde 2011, después de las protestas masivas que llevaron al derrocamiento del entonces presidente, Ali Abdalá Saleh, aunque no incluye a ningún representante de los hutíes del movimiento Ansar Alá (Seguidores de Dios).

Los hutíes, que se alzaron en armas en 2004 dirigidos por Husein al Huti, padre del actual líder del grupo, controlan desde 2010 la provincia septentrional de Saada y tratan desde hace meses de ampliar las zonas bajo su dominio.