Seísmo por un fraude fiscal

Preguntas retóricas y sospechas en el aire

La oposición interrogó a Jordi Pujol sobre el origen de su fortuna, que la mayoría de grupos vincularon con el agujero de Banca Catalana y el 3%

Pujol, a su salida del Parlament. A la izquierda, Miquel Iceta (PSC), Gemma Calvet (ERC) y Albert Rivera (Ciutadans). A la derecha, Alicia Sánchez-Camacho (PPC) y David Fernàndez (CUP).

Pujol, a su salida del Parlament. A la izquierda, Miquel Iceta (PSC), Gemma Calvet (ERC) y Albert Rivera (Ciutadans). A la derecha, Alicia Sánchez-Camacho (PPC) y David Fernàndez (CUP).

JOSE RICO / FIDEL MASREAL / BARCELONA

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CUP

Alegato contra el pujolismo y acto de protesta

David Fernàndez, en nombre de la CUP, protagonizó una durísima enmienda a la totalidad al pujolismo y, junto a Quim Arrufat, optó por abandonar la sala cuando el expresident respondió reprendiendo a los diputados. Fernàndez describió el pujolismo como un sistema corrupto,  un «oasis que era un vertedero con olor a perfume». Denunció el silencio del Estado ante todo ello y describió al compareciente como «un hombre de Estado español, que ha tapado vergüenzas y terrorismo de Estado, ejecutor del proceso neoliberal, virrey de España y peón de la troika». Su despedida fue: «En el viaje a Ítaca no tiene silla reservada, este viaje comenzó sin usted y sin usted acaba. Bon vent i barca nova».

CIU

Ni una sola pregunta para su fundador

Jordi Turull, el jefe del grupo de CiU que tiene la habilidad de poner nerviosa a la oposición, dijo sentirse afligido por los hechos confesados por quien fue fundador de su partido. Incluso le «desaprobó» su comportamiento y condenó la existencia de cuentas ocultas en el extranjero «las tenga quien las tenga». Pero no le hizo ni una sola pregunta. Dio por buena la confesión del pasado julio y la intervención inicial de ayer de Jordi Pujol y se dedicó a defenderle disparando contra el PPC y Ciutadans por no querer buscar la verdad, sino simplemente «embarrarlo todo». Les acusó de haber orquestado un «linchamiento público» contra Pujol y de convertir el Parlament «en un plató de televisión». Pero ni una pregunta. 

ERC

El socio de Mas no se quedó satisfecho

El socio de gobernabilidad de Artur Mas no se quedó satisfecho. Dio a entender que no renunciará a la comisión de investigación después de que la diputada Gemma Calvet –Oriol Junqueras evitó participar– no obtuviese respuesta a sus interrogantes, entre ellos el porqué de su confesión precisamente ahora y si esta se debía a «necesidades procesales en la defensa de su hijo» Jordi Pujol Ferrusola, imputado por blanqueo de capitales y delito fiscal. La republicana también quiso conocer si la fortuna ocultada está relacionada con «negocios vinculados a cuestiones políticas», y no dudó en sacar a colación las sospechas del 3% al preguntar si se consintió el cobro de comisiones por adjudicaciones de obra pública. 

PSC

La alargada sombra de Banca Catalana

Directo y sin ambages, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, preguntó a Pujol el volumen total de dinero defraudado por su familia y le reclamó que aporte la documentación que acredita la evolución de esos ingresos. Tras inquirir al expresident si puede asegurar que sus hijos no emplearon su nombre para hacer negocios al amparo de la Generalitat, el socialista fue el primer portavoz que vinculó los hechos confesados con el caso Banca Catalana, al preguntarle si la fortuna original no aumentó con la venta de acciones de la entidad aprovechándose de información privilegiada, justo antes de la quiebra. «A diferencia de lo que piensa el president Mas, yo no creo que el fraude sea una cuestión personal», zanjó.

PPC

«¿Cuánto se llevaba? El 3%, el 4% o el 5%»

Sin rubor alguno por haberse negado a comparecer por el caso Método 3, Alicia Sánchez-Camacho saltó a última hora al ring parlamentario y no tardó en ligar la corrupción con el proceso soberanista. Se empleó en términos muy duros contra Pujol, al que acusó de haber «robado y mentido» a los catalanes «mientras promovía el Espanya ens roba». Además que exigirle pruebas documentales de su versión, le preguntó «en qué paraíso fiscal» tiene el dinero evadido y si el origen de la fortuna fue «el 3% que denunció Pasqual Maragall, el 4% que confesó Fèlix Millet o el 5% que desveló hace poco Josep Lluís Carod-Rovira». Y remachó: «Su transición nacional comenzó en el Palau de la Música en el 2009».  

ICV-EUIA

Pujol como encubridor de la corrupción

El líder de ICV-EUiA, Joan Herrera dibujó a Pujol como alguien que no es consciente de su situación personal y política. Formuló la hipótesis que en lugar de una herencia no declarada, el caso se base en «un entramado familiar» que se beneficiaba del acceso al poder, o bien «una manera de funcionar de su entorno, su partido y gran parte del empresariado». Le invitó –sin éxito– a que tire de la manta y recordó numerosos casos de corrupción de la etapa pujolista. El tono de Herrera fue comedido, hasta que respondió al estallido de Pujol: «No tolero lecciones morales de quien paraba los pies a quien denunciaba». Perplejo, subrayó la falta de respuestas a los interrogantes. Y le exigió que «devuelva lo evadido». 

CIUTADANS

Incredulidad y actuación ante la fiscalía

Albert Rivera enmarcó en todo momento el caso Pujol en lo que definió como «caso Convergència». Como otros, formuló preguntas sin respuesta, y no se creyó el relato familiar que construyó Pujol. Denunció que los gobiernos del PSOE y del PP le dieron trato de privilegio porque siempre apoyaba al inquilino de la Moncloa. Y dedujo que el escándalo estalla ante el proceso soberanista. Tras la bronca de Pujol, Rivera, sin alterar el tono, concluyó: «Magnífica interpretación, pero ya no cuela. No admitiremos que usted riña, es usted el que ha confesado, esto es un Parlament democrático, no es ir a misa, no es un régimen». Rivera anunció una actuación ante la fiscalía con lo declarado ayer por Pujol.