MIRADOR

Podemos, PSOE y PP

Los protagonistas de la alternancia política en España continuarán siendo populares y socialistas

XAVIER BRU DE SALA

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En Grecia, el PASOK desertó de la izquierda y Syriza ha ocupado su plaza. En España, el PSOE desertó de la izquierda pero Podemos no lo barrerá. Se le comerá un trozo del pastel del Congreso, pero a medio plazo, y quizá incluso a corto, el PSOE se recuperará. Quizá no veamos mayorías absolutas en bastante tiempo, pero los grandes protagonistas de la alternancia izquierda-derecha, consustancial a toda democracia, seguirán siendo el PP y el PSOE. En las elecciones generales, el PSOE puede dejar de ser el primer partido de la oposición, pero aunque tal rareza ocurriera, olería a excepcional y pasajera.

Los de Pablo Iglesias no lo tienen bien en Andalucía. Ya veremos cómo quedan en Madrid y Valencia. Es en Barcelona donde la candidatura de Ada Colau, que sin la eclosión del fenómeno Podemos no habría cuajado, cuenta con más posibilidades de éxito. Ahora bien, todo el mundo sabe en España que el sistema catalán de partidos no es exportable.

El espacio de Podemos es el de IU, tan amplio como se quiera en situaciones de mar brava social, pero destinado a retornar a su modesta plaza cuando las aguas de la indignación se calmen. Cuando se espera que la situación mejore, la democracia vuelve a ser aburrida. Y si además de  evidenciarse la recuperación disminuye la percepción de corrupción, Iglesias deberá tener muy presente la fábula de la rana y el buey, aquella de la rana que revienta de tanto hincharse para igualar el tamaño del buey. Una fábula, por cierto, de la Grecia clásica, que es la modélica. Los aspirantes a obtener o consolidar una parte del pastel al otro lado del arco parlamentario, Rosa Díez y Albert Rivera, pueden explotar el malestar subyacente y matizar el bipartidismo, pero es altamente improbable que lo lleguen a cambiar.

No son pocos los que, desde el servilismo hacia la derecha, hallaban balsámico el mordisco de Podemos en el PP porque lo comparaban con la magnitud del que sufría el PSOE por obra de los mismos colmillos. A algunos les costó un poco, pero los menos estúpidos se dieron cuenta a renglón seguido que el primer perjudicado del incremento del voto de izquierdas es el PP. No en las urnas, pero sí en los gobiernos. Como dispone de pocos aliados posibles, o de ninguno, allí donde pierda la mayoría absoluta, el PP corre un riesgo severo de pasar a la oposición.

Ya se pueden desengañar a marchas forzadas los que sueñan en una gran coalición PP-PSOE. España no es Grecia, pero tampoco Alemania, ni de lejos. El gran riesgo del PSOE, más que la credibilidad del giro retórico a la izquierda que está a punto de estrenar, consiste en aparecer como 'palanganero' del PP. El principal error de Pedro Sánchez es el pacto de Estado de la cadena perpetua. Su cercanía al PP, aun esporádica, es el alimento electoral de Podemos.