País de países y derecho a decidir

El programa electoral que Podemos presentará a finales de mes detallará, por primera vez, su visión sobre la noción de Estado que tiene la organización de Pablo Iglesias y la concretará en diversas medidas bajo una premisa fundamental: abrir un proceso constituyente que articule un proyecto de país moderno y democrático, según sus propios términos, que respete y reconozca las distintas identidades y garantice realmente los derechos reconocidos en la Carta Magna.

En las cuatro citas electorales a las que ha concurrido en su año y medio de vida (europeas, municipales y autonómicas, y catalanas), la fuerza ha eludido entrar de lleno en el espinoso asunto de la concepción de qué y cómo debe ser España en los próximos años. Su excusa ha sido que solo en unas elecciones generales podía tener cabida una propuesta que atañe a la organización territorial e institucional. Pero la ambigüedad con la que Podemos se ha venido desenvolviendo en un asunto tan presente en esta legislatura -con el desafío soberanista de fondo- le ha merecido críticas severas. Y fracaso en las urnas respecto a las expectativas creadas. De hecho, el resultado de la plataforma Sí que es Pot (Podem, ICV, EUiA y Equo) el 27-S en Catalunya fue leído mayoritariamente como el castigo por la indefinición de su discurso respecto al modelo de Estado.

¿Y EL JEFE DEL ESTADO?

Pero parece que en las próximas semanas habrá respuestas a algunas preguntas en este terreno. Por el momento se ha avanzado que Podemos propondrá que el proceso constituyente configure un Estado plurinacional, un país de países en el que Catalunya tendría derecho a decidir, en un referéndum vinculante, si quiere continuar unida a España o conquistar la independencia. La fuerza morada aspira a crear un proyecto de futuro capaz de ilusionar a la pluralidad de las identidades para que decidan permanecer. Falta por concretar qué traducción tiene eso en aspectos como la financiación y la política lingüística, entre otros asuntos.

A la redacción del programa habrá que esperar también para comprobar si Podemos mantiene la intención de preguntar a los ciudadanos si consideran que la jefatura del Estado ha de ser hereditaria o elegida en las urnas.