DOCUMENTOS ORGANIZATIVOS PARA VISTALEGRE II

Errejón pide restar el poder de Iglesias en Podemos

Íñigo Errejçon presenta su proyecto, 'Recuperar la Ilusión'.

Íñigo Errejçon presenta su proyecto, 'Recuperar la Ilusión'. / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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Podemos cumplió este martes su tercer aniversario con la nostalgia de aquella puesta en escena, pero también con la convicción de que la construcción apresurada del partido derivó en una estructura demasiado vertical que debe dar paso, ahora, a una profunda descentralización. Aunque el espíritu es compartido por las tres grandes familias moradas, los postulados concretos apenas empiezan a conocerse. El secretario político, Íñigo Errejón, desveló este martes las claves de su propuesta. Plantea reducir el poder del secretario general, Pablo Iglesias,  para evitar una estructura presidencialista. Quiere que el líder deje de tener la potestad de elegir y destituir a los miembros de la ejecutiva y propone que sea el Consejo Ciudadano Estatal (CCE, máximo órgano entre asambleas) quien nombre a esos cargos. 

En su borrador del documento organizativo aboga democratizar Podemos con la fórmula un dirigente-un cargo, para evitar la acumulación de poder en pocas manos. Plantea que los miembros de la ejecutiva no puedan ser, a la vez, barones autonómicos, limitación que afectaría a perfiles como el de Pablo Echenique que es secretario autonómico de Aragón, secretario de organización estatal. 

Errejón también pide que los territorios aumenten sus cuotas de autonomía: más responsabilidades y recursos económicos para los consejos ciudadanos de las comunidades, para los municipales y para los círculos, que son las agrupaciones base de Podemos.

También propone una Comisión de Garantías "transparente", elegida independientemente de las listas y cuyos miembros no acumulen otros cargos. El planteamiento es relevante tras las críticas que ha recibido la actual por actuar de forma poco transparente y escasamente neutral.

MAYOR PROPORCIONALIDAD

El secretario político pide mayor proporcionalidad, blindar el 10% del presupuesto al área de Igualdad, incluir un informe sobre el impacto de género en la aprobación de las cuentas y garantizar que no haya más hombres que mujeres en los cuadros del partido.

La estructura planteada por Errejón tiene mayor convergencia con la propuesta de los anticapitalistas que con lo que el sector pablista ha ido adelantando de su proyecto, todavía no formalizado (hay margen hasta el domingo). Iglesias ya ha avanzado en alguna ocasión que es necesario reordenar las competencias, aunque hasta que no publique su documento resulta imposible contrastar las diferencias con rigor.

MARGEN PARA EL ACUERDO

Tras dar a conocer su documento, Errejón se mostró optimista sobre las posibilidades de llegar a un acuerdo con las otras familias podemistas. "Se están produciendo cada vez mas coincidencias que nos están acercando", admitió en declaraciones a La Sexta. Aunque no detalló cuáles son esos avances, citó la necesidad de descentralización y la asunción del trabajo en el Parlamento como una prioridad.

Su reflexión llega después de que el pasado viernes pablistas y errejonistas presentaran sus documentos políticos, que constataban serias discrepancias de fondo. El dirigente ha eludido contestar si tras presentar esos borradores ha mantenido alguna conversación con Iglesias para abordar las posibilidades de un acuerdo. 

PASCUAL, EN LA RETINA

El fuerte poder del secretario general ha permitido hasta ahora enfrentamientos entre los dos principales dirigentes morados. Iglesias destituyó el pasado marzo de forma fulminante a Sergio Pascual  Sergio Pascual como secretario de organización, un cargo de la máxima confianza de Errejón. Aunque el secretario político manifestó su malestar, Iglesias tenía poder para el cese. Con la nueva estructura propuesta, la decisión debería ser avalada por el CCE. 

Cuando Podemos de constituyó como partido, en la asamblea ciudadana del 2014, el secretario general concentró un gran poder porque entonces tanto Iglesias como Errejón creyeron que necesitaban una "máquina de guerra electoral" para afrontar los múltiples comicios. Más de dos años después ambos dirigentes admiten la necesidad de cambios.