PERFIL
De Guindos asume también la cartera de Industria, pero no logra la vicepresidencia
El titular de Economía, Competitividad e Industria seguirá pilotando el diálogo con Bruselas
Director general de Economía, secretario general, secretario de Estado y ministro de Economía y Competitividad. Desde 1996, el licenciado en Ciencias Económicas y técnico comercial y economista del Estado Luis de Guindos Jurado (Madrid, 1960), ha ido subiendo en el escalafón de Economía de los sucesivos gobiernos del PP (dos de ellos presididos por José María Aznar y el último, por Mariano Rajoy), sin tener carnet del partido. Ahora ha subido un escalón más, al añadir Industria a su cartera (Economía, Competitividad e Industria). Es una competencia que ya había asumido en funciones cuando su amigo José Manuel Soria dimitió como ministro por el escándalo de 'los papeles de Panamá", si bien ahora la asume en una versión muy devaluada, sin energia, ni turismo, ni telecomunicaciones ni agenda digital. Todas estas competencias integran ahora el nuevo ministerio de Álvaro Nadal
Aunque De Guindos no ha visto cumplida su aspiración de una vicepresidencia económica (la que sí ejerció su anterior jefe y mentor, Rodrigo Rato) al menos Rajoy le ha premiado con su continuidad y con un ligero reforzamiento de sus competencias. La vicepresidencia le hubiera dado autoridad sobre el área de Hacienda y su ministro, Cristóbal Montoro, con quien ha mantenido una rivalidad mutua que ha sido imposible soterrar --y, a veces, ni siquiera disimular-- durante la anterior legislatura.
La primera chispa entre ambos saltó en el primer Consejo de Ministros cuando Guindos defendió la conveniencia de subir el IVA frente al incremento del IRPF que propugnaba Montoro como principal medida del ajuste adoptado en diciembre del 2011. Entonces se impuso la tesis del titular de Hacienda, pero después hubo que atender también la subida del IVA que propugnaba el de Economía.
BUENA IMAGEN EN BRUSELAS
Su no pertenencia al PP, sus devaneos con el posible abandono de la política, su mala relación con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y la crisis política en la que se enredó el propio Rajoy por la apuesta de Guindos para que el exministro José Manuel Soria ocupara un puesto en el Banco Mundial han podido pesar en contra de De Guindos. A su favor ha contado su capacidad de relación con las instituciones europeas, donde la buena imagen labrada por Guindos es esencial para la economía española sometida a un procedimiento de vigilancia reforzada y al riesgo de una multa multimillonaria por culpa del déficit público.
Guindos llegó al sector público desde el financiero. Antes de entrar en la Administración pública había sido consejero de AB Asesores. Y al sector financiero volvió en el intermedio socialista (gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero), tras haber dejado el Ejecutivo como secretario de Estado de Economía en el 2004. Desde el 2006 fue presidente ejecutivo para España y Portugal de Lehman Brothers y después, de Nomura Securities, al tiempo que responsable de Servicios Financieros de PricewaterhouseCoopers y miembro de consejos de administración de Endesa, Endesa Chile, Unedisa (editora de 'El Mundo'), Logista y la entidad BMN. La pertenencia previa a estos consejos le ha llevado a abstenerse de votar en los Consejos de Ministros en los que se trataron algunas cuestiones relacionadas con el sector eléctrico y el financiero.
EL MINISTRO DEL RESCATE
Como ministro de Economía y Competitividad en el Gobierno de Rajoy ha ejercido, sobre todo, de ministro de relaciones económicas con la Unión Europea (UE) y de la reestructuración del sector financiero, dos cuestiones que en la práctica se convirtieron solo en una a partir del rescate europeo a la banca española en junio del 2012.
En su libro de memorias 'España amenazada', recientemente publicado, Guindos se atribuye gran parte del mérito de haber evitado el rescate total de la economía española. Aquello fue cuando la célebre foto en que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, parecía apretarle el cuello en un gesto de broma.
La reestructuración y saneamiento del sector financiero español (aun inconclusa) ocupa un lugar principal en la hoja de servicios de Guindos a pesar de que ello le costó pasar el trago de tener que echar a su exjefe y antiguo mentor, Rodrigo Rato, de la presidencia de Bankia.
De momento, Guindos tendrá que sumar la falta de una vicepresidencia a su lista de deseos incumplidos, igual que tuvo que hacer con su aspiración a presidir el Eurogrupo (Consejo de Ministros de Finanzas de la zona euro). El apoyo explícito del ministro alemán de Finanzas, Wolfang Schaüble, no le bastó a Guindos para imponer su candidatura a la del socialista holandés Jeroem Dijsselbloem en julio del 2015, si bien su aspiración no ha desaparecido y espera una segunda oportunidad.
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