Sánchez inicia su carrera hacia la Moncloa sin rival interno aparente

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, rodeado de los barones de su partido, este sábado, 29 de mayo, antes de la foto de familia.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, rodeado de los barones de su partido, este sábado, 29 de mayo, antes de la foto de familia.

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Los socialistas pasan por un momento extraño. Quedaron en segundo lugar en las elecciones del pasado domingo, pero se sienten vencedores. Podrán gobernar en muchas autonomías hasta ahora en manos del PP, pero lo harán en la mayor parte de los casos gracias a alianzas con un partido con el que hace unos meses aseguraban que no pactarían: Podemos. La dirección del PSOE y los candidatos que perdieron el 24 de mayo exhiben su euforia, más que nada por la enorme caída de los conservadores, pero los líderes territoriales que vencieron en sus respectivas convocatorias (la andaluza Susana Díaz, el extremeño Guillermo Fernández Vara y el asturiano Javier Fernández) reclaman prudencia. Todo esto, en cualquier caso, no impide que hayan tomado oxígeno, y que su secretario general, Pedro Sánchez, vea el camino despejado para convertirse en el cabeza de lista a las generales de finales de año, algo que no estaba nada claro hasta ahora.

Al final de su discurso de ayer ante el comité federal del PSOE, máximo órgano del partido entre congresos, cuando ya había hablado del "excelente" resultado en las municipales (donde lograron 450.00 votos menos que el PP), Sánchez dijo: "Os anuncio con humildad, con responsabilidad, pero con ilusión, con mucha ilusión, que tengo decidido concurrir al proceso de primarias para ser el próximo presidente del Gobierno". Hubo aplausos.

Las elecciones internas están convocadas para el próximo 26 de julio, pero lo más probable es que no se lleguen a celebrar. Nadie en el PSOE ve a ningún otro dirigente con posibilidades de presentar batalla. Solo el principal contrapoder de Sánchez, la presidenta en funciones de AndalucíaSusana Díaz, podría hacerle sombra, pero aún no ha sido investida mandataria y tiene escaso margen de maniobra. Si todo transcurre como se prevé, y nada de lo ocurrido en el cónclave socialista hace pensar lo contrario, el secretario general podría ser proclamado aspirante a la Moncloa, ante la incomparecencia de contrincantes, el 21 de julio.

DISTINTAS VISIONES

Sánchez sigue sin concitar unanimidad. Hay barones, como el catalán Miquel Iceta, que se confiesan rendidos admiradores y no pierden oportunidad de exteriorizarlo. "Dediquemos todos los días cinco minutos a decir que Pedro va a ser el presidente del Gobierno", señaló durante la reunión a puerta cerrada. Otros líderes territoriales argumentan que el secretario general conecta con los ciudadanos, pero que debe dotar de mayor contenido a sus intervenciones. Y después está Andalucía, de donde procede la cuarta parte de los votos socialistas, que hace tiempo que se distanció de Sánchez, lo cual no quita que asuma que será el candidato en un momento político en el que Díaz ha perdido protagonismo interno con el probable ascenso al poder de otros dirigentes autonómicos, quienes en un momento de pactos no quieren enfrentarse a la inevitable disputa que supondrían unas primarias.

Pero la diferencia en los discursos se mantiene. La presidenta en funciones de la Junta, que en principio reeditará su cargo en las próximas semanas tras el bloqueo político producido a raíz de los comicios andaluces de marzo (que ganó con holgura pero sin mayoría absoluta), reclamó "prudencia", "no confundir la oportunidad con el oportunismo" y no entregarse a Podemos. El pasado jueves, día en el que mantuvo una reunión con Sánchez, se alejó de la directriz de la dirección socialista de no pactar nada con el PP porque ella, dijo, no era partidaria de "frentes contra nadie".

RAJOY, "AGOTADO"

"Es el PP quien ha practicado una política frentista. Nadie le excluyó, su soberbia y su mayoría absoluta le hicieron autoexcluirse solo. Y su soledad es la antesala de la derrota que sufrirá en las próximas elecciones generales", contestó ayer Sánchez, que dio por "agotado" al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy. Esta diferencia de enfoques, sin embargo, no evitó que la resolución que traza las líneas de los futuros pactos (en ExtremaduraCastilla-La ManchaValenciaBaleares y Aragón, entre otros territorios) fuese aprobada por unanimidad. El texto pide "gobiernos estables", pero señala que el PSOE no formará parte de ellos "donde no sea la primera fuerza de la izquierda". O sea, no habrá gobiernos de coalición con Podemos.