CARTEL ELECTORAL DE LOS SOCIALISTAS

Sánchez alcanza sin primarias la candidatura a la Moncloa

Pedro Sánchez ya es el candidato del PSOE a la Moncloa

Pedro Sánchez ya es el candidato del PSOE a la Moncloa / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Pedro Sánchez ha llegado este martes a un destino que en un principio se presentó seguro, después se tornó complicado y al final no lo ha sido tanto: la candidatura del PSOE a las elecciones generales, previstas para noviembre si no hay adelanto. El secretario general ha logrado reunir 27.249 avales, casi 18.000 más de los 9.700 necesarios (el 5% de las bases), y ha sido el único en superar esta cota, a la que optaban sin éxito tres militantes desconocidos. Las primarias, previstas para el 26 de julio, no se celebrarán.

Solo Susana Díaz, presidenta de la Junta andaluza, podía truncarle el camino a Sánchez. Durante unos meses, dio muestras de querer hacerlo. Ella fue la principal artífice hace casi un año del ascenso al liderazgo de Sánchez, que hasta entonces era un diputado con escasa proyección, pero meses después comenzó a tomar distancias. Según los colaboradores del secretario general, este enfriamiento se debió a que Sánchez trabajó desde el primer momento con autonomía, sin consultar todas las decisiones con la andaluza. En el entorno de Díaz, en cambio, se argumenta que el ya candidato a las generales causó decepción por su falta de «contenido político».

Sánchez aguantó la embestida con estoicismo, a lo suyo, y mientras tanto la mandataria autonómica asumió que debía esperar después de adelantar las elecciones andaluzas al pasado 22 de marzo y no lograr su investidura hasta la semana pasada. Díaz se quedó sin margen y ha guardado el hacha de guerra, pese a que no comparte la estrategia del secretario general de aislar al PP en todos los ayuntamientos y autonomías donde sea posible a través de los pactos con otras fuerzas de izquierda, principalmente Podemos.

Sin embargo, enarbola esta posición casi en solitario, pues el resto de barones (del extremeño Guillermo Fernández Vara al valenciano Ximo Puig, pasando por el castellano-manchego Emiliano García-Page) necesitan esas alianzas, y ahora que van a alcanzar el poder autonómico su autoridad en el partido es mucho mayor que antes y no quieren, en ningún caso, entrar en la inevitable disputa interna que supondrían las primarias a las que ningún otro dirigente de peso se vio con fuerzas para concurrir. Solo la exministra Carme Chacón, que en principio repetirá como cabeza de lista del PSC al Congreso de los Diputados, sopesó en algún momento dar el paso.

LA APUESTA

Pero la tregua interna, el cierre de filas, es solo hasta noviembre. El secretario general, coinciden los dirigentes del PSOE al unísono, se la juega a todo o nada. Si no se convierte en el próximo presidente del Gobierno, y él está convencido de que lo será, deberá dejar el liderazgo a principios del 2016.

El ascenso de Sánchez era casi imposible de prever hace solo año y medio. Con escaño en las dos últimas legislaturas, siempre ha entrado en el Congreso de carambola, debido a la salida de otros diputados. Sin embargo, a principios de año aprovechó su nombramiento como coordinador de la conferencia política que organizó su antecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba, para recorrerse las federaciones socialistas de arriba abajo (siempre ha sacado pecho, con cierta razón, del número de kilómetros que transita) e impulsar su candidatura a través de un grupo muy reducido de colaboradores.

No lo tenía nada fácil. En aquel momento los favoritos para tomar el relevo eran el también diputado Eduardo Madina y la propia Chacón. Sánchez, en un nuevo ejemplo de su contrastada tenacidad, siguió confiando en sí mismo, y cuando todo saltó por los aires tras la dimisión de Rubalcaba a raíz de los resultados en las europeas de mayo del año pasado, él estaba ahí. En principio, todo estaba diseñado para que Díaz fuese aupada en solitario, con el apoyo de la inmensa mayoría de los líderes territoriales. Pero la andaluza dio un paso atrás en el último momento, al considerar que su salida podría reabrir las heridas en su federación, y se volcó en apoyar a Sánchez frente a Madina. Bastó ese respaldo para que el resto de barones (salvo Fernández Vara y el asturiano Javier Fernández) siguieran su estela.

Sánchez ganó de forma clara. Más allá de sus capacidades, tiene estrella. «Con humildad, responsabilidad e ilusión, mucha ilusión, tengo decidido concurrir para ser el próximo presidente del Gobierno», dijo entre aplausos el secretario general en el comité federal del pasado 30 de mayo. Lo ha conseguido. El próximo domingo, tras otra reunión del mismo organismo, el más importante del PSOE entre congresos, será proclamado candidato.