Semana de tregua

Oriol Junqueras y Carles Puigdemont se saludan en el acto solemne del Govern en apoyo al referéndum.

Oriol Junqueras y Carles Puigdemont se saludan en el acto solemne del Govern en apoyo al referéndum. / periodico

FIDEL MASREAL / XABI BARRENA / BARCELONA

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Reconciliación y prietas las filas ante la magnitud del reto del referéndum. Este es el mensaje interno que se deduce de las últimas reuniones del grupo de Junts pel Sí en el Parlament tras la crisis entre los socios por la grabación a David Bonvehí atribuida por el PDECat a Esquerra.

El pleno de esta semana de la Cámara catalana servirá para que JxSí y la CUP vayan de la mano para seguir la tramitación de la reforma del reglamento que ha de permitir una aprobación exprés de las llamadas leyes de desconexión. Juntos rechazarán las enmiendas a la totalidad que toda la oposición ha presentado. Una oposición que denuncia que los grupos independentistas recortan la actuación democrática del Parlament en beneficio propio.

Respecto del clima actual en el grupo de Junts pel Sí, tras unas jornadas enrarecidas por la crisis de Bonvehí, ahora la consigna es que “hay crisis que sirven para centrarse y no hacer el tonto” ante el desafío del referéndum.

COSER HERIDAS

El pleno viene precedido del acto de unidad que exhibió el Govern el pasado viernes en el Palau de la Generalitat. Y por tanto, la intención de coser heridas también se exhibirá en la sesión plenaria.

Fuentes de Junts pel Sí, siempre en ese tono constructivo, tratan de minimizar las votaciones separadas del PDECat respecto de la CUP y ERC. “Votaciones separadas las ha habido desde el primer pleno, con el tema de la reforma laboral, y desde entonces lo venimos haciendo en todo lo que no tiene que ver con el proceso, con el programa electoral y el plan de Govern”, apuntan las mismas fuentes.

TÁCTICA DE LA OPOSICIÓN

Así las cosas, en JxSí tratan de vender unidad, ante el previsible intento de la oposición de aprovechar el pleno parlamentario para hurgar en la herida abierta entre republicanos y posconvergentes a raíz de las acusaciones de espionaje a Bonvehí.

La sesión plenaria también servirá para aprobar las nuevas tasas incluidas en los presupuestos tras el acuerdo del Govern con la CUP y para enviar al Congreso, con el apoyo de todos, una propuesta sobre la eutanasia.

“Se trata de una calma reforzada”, afirman las fuentes consultadas sobre la situación actual del grupo parlamentario. “Es mejor que nos haya estallado esta crisis ahora que en los últimos 25 metros de la carrera” del procés, explican. Sigue la discrepancia entre ambas fuerzas porque el PDECat cree incomprensible el silencio que ha mantenido la concejala de ERC en Manresa Mireia Estefanell a raíz de las grabaciones a Bonvehí, atribuidas a la propia Estefanell.

Y es que este este es otro de los factores que pesan. El acuerdo entre el PDECat y ERC tiene fecha de caducidad y es improrrogable. Es más, a estas alturas ambos partidos no solo son conscientes de que concurrirán en solitario en los próximos comicios, sino que, incluso, ven aristas postivas. Los republicanos ven próximo librarse de la pesada bola que les ata al pie en forma de casos de corrupción de sus socios. Un peso, especulan, que restó votos a Junts pel Sí y que se fueron a la CUP.

FUTURO POR SEPARADO

Los posconvergentes, tras amagar con la reedición del pacto, se han fijado ahora como objetivo ocupar el espacio moderado (con o sin candidato “autonomista”), no solo en el campo nacional, sino también en la gestión del día a día. Y eso pasa, sí o sí, por separar su suerte de la de los republicanos, que aún son vistos por muchos como un factor de inestabilidad. Un distanciamiento que se reforzará con las votaciones diferenciadas.

Asimismo, en el PDECat no falta quien quita hierro a la referencia de Oriol Junqueras a la DUI (Declaración Unilateral de Independencia) en una reciente conferencia-coloquio.Se trata de algo que forma parte del programa, matizan, y el propio Junqueras insistió en que de momento toda la energía está centrada en la celebración del referéndum.

Toca pues, fumar la pipa de la paz a la espera de las turbulencias de peso que se avecinan ante el avance del proceso hacia el referéndum y que pondrán de nuevo a prueba la cohesión interna del Govern y de los partidos que lo apoyan.