LA INGOBERNABILIDAD DE ESPAÑA

PP y PSOE se preparan para mover ficha tras el veredicto de Euskadi y Galicia

Combo elecciones Euskadi Galicia

Combo elecciones Euskadi Galicia / periodico

GEMMA ROBLES / MADRID

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Este domingo hay elecciones en Galicia y en Euskadi, donde el PP y el PNV parten respectivamente como favoritos. Aunque en un panorama político tan convulso como el actual nada puede darse por seguro: el popular y gallego Alberto Núñez Feijóo se la juega a un todo o nada en su tierra, puesto que o logra la mayoría absoluta o corre el riesgo de perder el gobierno a manos de un pacto de izquierdas. El vasco y nacionalista Iñigo Urkullu parece tener garantizada la victoria en escaños y, sin embargo, necesitar del apoyo de una o quizá dos fuerzas políticas para completar la mayoría necesaria que impida su mudanza de la Lehendakaritza. La doble cita con las urnas trasciende además a los propios territorios donde se produce: inevitablemente, supone también una reválida de los partidos a nivel estatal cuando queda algo más de un mes para que cumpla el plazo antes de convocar unas terceras elecciones generales en caso de que sea imposible -como hasta ahora parece- encontrar (pactar) quien la gobierne en las próximas semanas. En el tiempo de descuento.

El socialista Pedro Sánchez es a buen seguro consciente de que habrá muchos ojos clavados en él en esta noche electoral. De su entorno y de entornos ajenos. Las encuestas (está por ver que esta vez se ajusten más a la realidad que en últimas ocasiones) auguran que el PSOE podría ser 'sorpassado' en Galicia por En Marea (la marca en la que se integran los de Pablo Iglesias) y descender hasta la cuarta posición en el País Vasco, por detrás de los podemistas con Pili Zabala a la cabeza y de una EH Bildu con Arnaldo Otegi en la retaguardia.

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Si ese oscuro escenario demoscópico tornara en realidad, opción que desde la actual dirección del PSOE se empeñan en descartar, Sánchez podría quedar seriamente debilitado. Y eso es precisamente lo que ansían los populares para tratar de convencer in extremis al principal partido de la oposición de que se abstenga en otro hipotético intento de Mariano Rajoy para ser reelegido como jefe del Ejecutivo.  

‘SORPASSO’ GALLEGO Y PSE-EE

Un mal resultado será sin duda utilizado también por los críticos que el secretario general de los del puño y la rosa tiene dentro de su propia organización y que, a tenor del calibre de las declaraciones que distintos cargos socialistas han venido haciendo en las últimas 72 horas sobre su situación interna y la de su jefe, podría desencadenar no ya una grave crisis, sino una guerra sin cuartel. Sánchez y su entorno, por su parte, confían en que las encuestas fracasen una vez más y en que el gallego Feijóo no revalide la mayoría absoluta. Y en que el PSE salve los muebles aún con un modesto resultado, siendo decisivo para que el PNV pueda conformar una mayoría no sustentada en fuerzas independentistas.

Convencidos de que los sondeos errarán una vez más y de que el PSOE no sufrirá este domingo un inapelable revés electoral, el líder socialista y sus más estrechos colaboradores insisten en que lo que llegará a partir del lunes es la ratificación del 'no' a Rajoy y, al tiempo, la reapertura de los contactos con organizaciones como Podemos o los muy reacios Ciudadanos (si sumará o no a la lista a los independentistas es aún una incógnita) en busca de una mayoría alternativa. Esto, en vísperas de un cómite federal del PSOE, convocado para el 1 de octubre, que se prevé duro. Y después de que un sector de los críticos socialistas haya difundido que podría estar preparándose una operación para arrinconar a Sánchez mientras Sánchez, por su lado, haya respondido amagando con la convocatoria de un congreso inmediato

NARANJAS Y MORADOS

Rajoy cuenta con que su amigo, compañero y paisano (y quién sabe si algún día hasta sucesor) Núñez Feijóo le dé la alegría de convertirse en el único presidente autonómico que, en tiempos de zozobra del bipartidismo, es capaz de reeditar una mayoría absoluta. La hazaña depende en parte de la fuerza que en Galicia logre demostrar Ciudadanos, que sueña con alcanzar al menos un escaño y entrar en la Cámara regional (mucho más complicado parecen tenerlo los naranjas en Euskadi) y que, aun no logrando un sillón en el Parlamento gallego, podría robar a los populares un buen puñado de votos (el PP teme la barrera de los 100.000), poniendo en riesgo la mayoría amplia.

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Asimismo el jefe de los conservadores tendrá un ojo puesto en el marcador de los socialistas, dado que le interesa más que nunca un PSOE flojo para que cuaje la fractura interna que ya se detecta en el partido con sede en la madrileña calle Ferraz para, si es posible, reclamar de nuevo su abstención en una investidura. El PP no quiere descartar absolutamente que el PNV pudiera necesitar su aval en Euskadi tras el 25-S y, a cambio, Rajoy pidiera solicitar su colaboración en el Congreso, quedándose a un solo voto de hacerse con la mayoría para ser presidente.

Esa vía, no obstante, ha perdido fuerza en las últimas semanas por lo reacio de los peneuvistas y por existir otras posibles puertas a las que llamar, en caso de que Iñigo Urkullu lo necesite. Finalmente Podemosinmerso también en un tenso debate interno, aspira a la medalla de plata tanto en Galicia, con En Marea, como en Euskadi, con Elkarrekin Podemos, con el objetivo de liderar mayorías alternativas a la de los ganadores.