LA PRECAMPAÑA DEL 27-S

Clase de españolismo

El PP abre su escuela de verano en Lloret de Mar atacando a Mas y erigiéndose en la única fuerza capaz de impedir la independencia

Xavier García Albiol y María Dolores de Cospedal, en la escuela de verano del PP en Lloret de Mar.

Xavier García Albiol y María Dolores de Cospedal, en la escuela de verano del PP en Lloret de Mar.

RAFA JULVE / LLORET DE MAR

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La brisa que corría este jueves por Lloret de Mar hizo que muchos turistas agradecieran haber puesto el cárdigan en la maleta y que a los cargos del PP no les molestara la camisa de manga larga cuando salieron a la calle tras la primera sesión de la escuela de verano que concluirá el sábado con la intervención de Mariano Rajoy. En el Hotel Evenia Olympic, el aire acondicionado perpetuaba esa climatología preotoñal, aunque la temperatura subió unos grados en el salón de congresos con las soflamas contra el 'president' Artur Mas y contra la independencia que lanzaron varios dirigentes populares.

Solo la vicepresidenta del Gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría, pasó de puntillas por la cuestión catalana. De refilón, el comentario más colindante con el tema fue el que lanzó al mostrarse abierta a reformar la Constitución. Dicho esto, insistió en que para ello se necesitan consensos «tanto al principio como al final» y, sobre todo, «fortalecer las instituciones y el Estado de derecho». El centenar de asistentes acogieron la explicación sin emoción ninguna.

«Más presentes que nunca»

Abrió la clase de españolismo popular el cabeza de lista del partido por Girona, Enric Millo, quien ensalzó las inversiones del Ejecutivo central «en la provincia más bonita de España» y mostró su repulsa ante las 'estelades', «banderas pirata que solo representan a algunos cuya única intención es dividir». Los conservadores continúan pensando que yendo por ese terreno aún están a tiempo de recuperar votos 'fugados' a Ciutadans y ayer no cesaron en erigirse como el único partido «fuerte» y capaz de impedir la independencia.

«El PP estará más presente que nunca en Catalunya. Que se enteren los independentistas. Más unido y más fuerte que nunca», proclamó Alicia Sánchez-Camacho. El auditorio se alzó en aplausos, que alcanzaron mayor volumen cuando la líder del PPC citó al cabeza de lista para el 27-S, Xavier García Albiol: fue ponerse él en pie para saludar y los presentes parecieron recuperar por un momento las buenas sensaciones que han ido perdiendo en los últimos dos años.

Para reforzar la autoestima del auditorio, Camacho no escatimó en descalificativos contra el bloque independentista. Habló de la candidatura de Junts pel Sí como «la candidatura del Junts pel 3%» que solo busca «tapar las vergüenzas de la corrupción». Calificó de «pesadilla» el proceso soberanista y acusó a Mas de haber causado «un desgarro social y económico en Catalunya». Todo un discurso muy ligado con el que emprendió la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal. A su juicio, los catalanes dirán «basta ya» el 27-S a «un teatro con tintes de sainete» que ha ocultado otras cuestiones, y expulsarán de la Generalitat al líder de CDC, para quien también tuvo una dedicatoria: «Quien se cree por encima de la ley cae en el populismo y, después, en la dictadura».

Nada de bajar el ritmo porque también se avecinan elecciones generales. Defensa a ultranza de la propuesta para reformar el Tribunal Constitucional y poder castigar a Mas si cabe. Marcar perfil de más españolismo que socialistas y Ciudadanos. Incluso en los ayuntamientos. El vicesecretario de asuntos territoriales del PP,  Javier Arenas, volvió a evidenciar esa estrategia al anunciar que su partido presentará mociones en todos los consistorios de España en defensa de la «cohesión», de la unidad y del Estado de derecho.