El órdago por el Estado propio

Otra fisura en el frente

XABIER BARRENA
SABADELL

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El frente soberanista es un organismo vivo, en constante mutación. A veces cuenta con hasta cinco fuerzas, otras se queda en cuatro y a veces, como ayer, apenas llegan a tres. Y es que el debate es rico en matices: pro consulta e independentista; pro consulta pero no independentista; pro consulta solo si Madrid lo permite, y nada independentista... El de ayer en Saba-dell, y convocado por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), una entidad de vocación claramente independentista con o sin consulta, fue un acto para tres. Nada nuevo. Que CiU, ERC y la CUP aboguen por el Estado propio es ya sabido. Todo hubiera ido sobre ruedas para el frente soberanista si no fuera porque ICV-EUiA (pro consulta y ya veremos qué hacemos en su momento) no intervino, a pesar de estar anunciada la presencia de la colíder ecosocialista Dolors Camats. Nadie, sin embargo, pidió que se le devolviera el importe de la entrada (sí, era de pago). ICV alega que creían que el acto era en favor de la consulta. Que ya es creer.

«A pesar de tener confirmada su presencia en la mañana de hoy[por ayer],Dolors Camats excusó su presencia aduciendo el tono marcadamente independentista del acto», dijo una portavoz de la ANC en el acto. Silbidos del respetable. En lugar de Camats habló la arquitecta sabadellense Teresa Mira, quien en un breve parlamento se definió como ecosocialista y de la ANC. Un pie en cada orilla.

Sin Camats, la parte más política, si cabe, del acto, la que protagonizaron los tres diputados, Quim Arrufat, Oriol Junqueras y Josep Rull, fue sobre todo otro ejemplo de la sintonía que muestran CDC y ERC en este proceso hacia la consulta.

El relato. Aquello que echa en falta José María Aznar y lamenta Mariano Rajoy para el PP. Lo que tuvo Pasqual Maragall y adoleció Jordi Hereu en la alcaldía de Barcelona. El proceso es en sí mismo un relato, no carente de épica. Y ayer, frente a las más de 1.000 personas que llenaban el teatro La Faràndula de la cocapital vallesana, tanto el presidente de ERC como el secretario de organización de CDC apuntaron las baterías hacia el mismo flanco, el de los catalanes con origen en el resto de España. Sin ellos no hay relato.

«Les necesitamos»,aseveró Junqueras, sin americana y micro en mano como hacen los gurús de internet.«Necesitamos a los que en su día fueron del PSUC, a los del PSC, a los de CCOO. Necesitamos a su gente, pero no por un sentido estrictamente pragmático, para ganar una consulta, sino porque son nuestros vecinos, nuestros cuñados, nuestros hijos».

Rull, presentado como miembro de CiU, es decir, también de Unió, remachó después el clavo:«Somos un pueblo de 7,5 millones. Nos han querido dividir y fragmentar. Pero no lo han conseguido».

Mejoras sociales

Junqueras también señaló que«cuando se vaya a buscar el apoyo de estos vecinos»,en referencia a los que protagonizaron las oleadas migratorias de los años 60,«hay que decirles que todo el esfuerzo que han hecho para mejorar sus barrios, en un futuro, solo lo podrán hacer si tenemos nuestro Estado».Independencia es sinónimo de mejora social. O como había dicho antes Quim Arrufat (CUP):«No queremos un país solo distinto, con otra bandera, queremos un país mejor».Y Rull, que por aquello de la representación parlamentaria, cerró el acto, sentenció:«Catalunya tiene los recursos para que se pueda vivir mejor».

Junqueras y Rull, miembros ambos de esepinyoltransversal que une a las cúpulas de sus partidos, mostraron complicidad. Y el republicano se permitió un dardo velado a Josep Antoni Duran Lleida. Como hizo en la campaña electoral del 25-N cuando quiso arremeter contra el democristiano, Junqueras previno contra aquellos catalanes«que tienen miedo antes de ser atemorizados y que se venden antes de ser siquiera tanteados».Una cuña en otra gran fisura, la que va separando a CDC de Unió.