La oposición pide a Mas que no se sume a la "desobediencia" de la CUP

La portavoz del PSC en el Parlament, Eva Granados.

La portavoz del PSC en el Parlament, Eva Granados.

EL PERIÓDICO / MADRID

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La conferencia pronunciada el jueves por los dirigentes de la CUP preocupa y mucho al resto de fuerzas. Y también al Gobierno central. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, pidió a Artur Mas que no se «contagie» de la «desobediencia al marco de convivencia» que propone la CUP, al exigir pasos «irreversibles» en la ruptura de Catalunya con España antes de decidir si facilita la reelección del president. La número dos del Ejecutivo reclamó al líder de Convergència que «reflexione» porque para «gobernar uno no se tiene que someter a minorías», si bien no aclaró cuáles serían sus preferencias como aliados de Junts pel Sí (JxSí).

La vicepresidenta recordó, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que la CUP apenas obtuvo el 8% de los votos y por tanto sería «llamativo» que se pretenda aplicar ahora un programa «antisistema» al que han dado la espalda la «inmensa mayoría» de los catalanes». Saénz de Santamaría reiteró además que «nadie está por encima de la ley» y subrayó que «hay mecanismos» para hacerla cumplir. En la misma línea, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, auguró «muchas dificultades» si Junts pel Sí acepta las condiciones de la CUP, mientras que el PP vaticinó unas nuevas elecciones y su candidato en Catalunya, Xabier García Albiol, advirtió de que el Estado «no se quedará de brazos cruzados» si el nuevo Govern camina hacia la independencia.

Por su parte la diputada de Ciutadans Inés Arrimadas confió en que JxSí no asuma los gestos de ruptura que reclama la izquierda anticapitalista, ya que en su opinión suponen un «desafío al orden democrático» impropio de un país de la UE. En una rueda de prensa en la sede de C's, calificó de «curioso» que la CUP opine que los resultados del independentismo del 27 de septiembre no legitimaban para declarar la independencia de forma unilateral, pero que ahora ponga sobre la mesa saltarse el orden «democrático y constitucional» antes dar sus votos para una investidura.

La portavoz del PSC en el Parlament, Eva Granados, consideró que las nuevas condiciones traen «una situación de parálisis» institucional y resaltó que el president en funciones se encuentra en «una situación de debilidad».

LA RUPTURA CONSTITUCIONAL / Y su homólogo de Catalunya Sí que es Pot, Joan Coscubiela, puso el acento en el la perplejidad que le provoca que la CUP crea que puede pactar una ruptura social y económica y un proceso constituyente anticapitalista con Junts pel Sí, y que sea esta formación la que lo lidere. Coscubiela aprovechó asimismo para resaltar los «elementos de coincidencia» entre las medidas propuestas por la fuerza liderada por Antonio Baños, en cuanto en su conferencia hizo «un diagnóstico de la situación de emergencia social y de la necesidad de ruptura democrática», con las propuestas de Catalunya Sí que es Pot. «Sin embargo -puntualizó-, nos parece absolutamente increíble que la CUP pueda llegar a pensar que esto lo puede liderar una candidatura» como la de la lista unitaria.

También el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, se pronunció al respecto y manifestó que «la inestabilidad ha llegado» a Catalunya y «el espectáculo ya ha comenzado». En su carta web semanal a la militancia advirtió de que si Junts pel Sí cede a las exigencias de la fuerza antisistema a los catalanes puede salirles «muy caro». «Estamos en el primer acto. La función puede ser larga y, sobre todo, puede salirnos muy cara», subrayó.