POLÉMICA SOBRE LOS PRIMEROS NOMBRAMIENTOS DE LA LEGISLATURA

La oposición en bloque cuestiona la imparcialidad de Forcadell

Carme Forcadell, el pasado agosto en un acto en Manresa.

Carme Forcadell, el pasado agosto en un acto en Manresa.

FIDEL MASREAL / Barcelona

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la candidatura de Carme Forcadell -activista independentista y expresidenta de la Assemblea Nacional Catalana-, a presidir el Parlament, ha abierto un debate sobre la parcialidad (o imparcialidad) de esta figura institucional y la pluralidad de los primeros nombramientos que propone Junts pel Sí. Todos los grupos de la oposición salvo la CUP firmaron ayer un «acuerdo por el pluralismo» denunciando sin citarla a JxSí pel Sí por un reparto no equitativo de los cargos, dado que ocupará cuatro de los siete puestos de la Mesa.

Como es conocido, mucho antes de las elecciones, Convergència y Esquerra ya se habían repartido los cargos en caso de victoria. Correspondería a los republicanos proponer un candidato o candidata a presidir la Cámara catalana, del mismo modo que CDC escogía al candidato a persidir el Govern (Artur Mas). Una vez ERC anunció que su opción era Forcadell y que ocuparían cuatro de los siete cargos de la Mesa, ayer C's, PSC, Catalunya Sí que es Pot y el PPC, es decir, toda la oposición salvo la CUP, firmaron el denominado «Acuerdo por el pluralismo en el Parlament de Catalunya» en el que cargan contra Junts pel Sí por haberse quedado con el control de la Mesa, lo que deja una plaza para José María Espejo-Saavedra (C's), otro para David Pérez (PSC) y el último para Joan Josep Nuet (Catalunya Sí que es Pot), dejando fuera al PPC. En el documento, los firmantes abogan por «defender los principios de proporcionalidad y representatividad en los órganos de la Cámara», incluidas también las comisiones y sus presidencias, el nombramiento de senadores por designación autonómica y la distribución de los grupos en el hemiciclo, informa Rafa Julve.

Albert Rivera, líder de Ciutadans,  recordó ayer que Forcadell consideró a su partido y al PP «adversarios» del pueblo catalán. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmó Forcadell no representa el sentir mayoritario de Catalunya porque «la mayoría de los catalanes no ha secundado ni las ideas ni el proceso independentista». El PSC recomendó a Forcadell que «se mire bien el reglamento y vea que hay que llevar los debates con imparcialidad».

Frente a este cuestionamiento, la portavoz del Govern y vicepresidenta en funciones, Neus Munté, pidió al Gobierno del PP que muestre «respeto» por Forcadell. La propia candidata optó por evitar el choque y prometió, en declaraciones a Catalunya Ràdio, intentar que el Parlament sea «de todos».

Hasta ahí las reacciones relativamente previsibles en uno y otro bando antes de las votaciones iniciales en la Cámara. En términos de negociación entre JxSí y la CUP, la clave pasa porque estos y otros pasos no sean cuestionados por la formación anticapitalista y en este sentido el grupo parlamentario que liderará Antonio Baños no pone pegas a Forcadell y deja en el aire la opción de ocupar una silla en la Mesa, tal y  como le ofrece JxSí, que deja la puerta abierta a su incorporación. Con o sin la CUP, habrá mayoría independentista en el órgano que rige el día a día de la Cámara.

PERFIL Y MAYORÍAS / La figura de Forcadell de hecho reabrió ayer un debate sobre si la segunda máxima figura institucional catalana debe mantener un perfil imparcial que no es nuevo. Su predecesora,Núria de Gispert, no ha tenido inconveniente, en el tramo final de su mandato, de pronunciar discursos abiertamente independentistas. Antes que ella, también el tripartito escogió a un presidente, Ernest Benach, abiertamente vinculado a ERC, en virtud de pactos internos de distribución del poder. Siempre la presidencia de la Cámara catalana ha respondido al interés del grupo de la mayoría, salvo en 1995 cuando toda la oposición se puso de acuerdo para nombrar al socialista Joan Raventós pese a que CiU era la fuerza con más escaños, pero perdió la mayoría absoluta y con ella la libertad de tener mayoría en la Mesa. La misma mayoría absoluta que ahora el independentismo se garantizará en la votación del próximo lunes.