LA CARRERA HACIA EL 27-S

El relevo de Sánchez-Camacho completa el nuevo tablero electoral en Catalunya

JOSE RICO / BARCELONA

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Un sufrido votante que se haya despistado un solo minuto de los tres últimos años por la montaña rusa de la política catalana puede andar ahora mismo más perdido que Gurb, el alienígena que deambulaba por la Barcelona preolímpica en la satírica novela de Eduardo Mendoza. Partidos de toda la vida que se divorcian o acaban cuarteados de tantas escisiones, plataformas y asociaciones que eclosionan como setas en la órbita de unas y otras fuerzas políticas, alianzas insólitas que alumbran candidaturas unitarias antaño impensables… Son las secuelas del terremoto que ha significado el proceso independentista y la indignación por la gestión de la crisis económica. Variables que el pasado martes propiciaron un récord: por primera vez, ninguno de los cabezas de lista de las principales fuerzas repetirá como tal. El recambio de Alicia Sánchez-Camacho por el exalcalde de Badalona Xavier García Albiol en el PPC remata el rediseño de un mapa electoral catalán irreconocible.

Sostienen a menudo los partidos que no se dejan llevar por los vaticinios de los sondeos. Qué difícil resulta creérselo habida cuenta de los inéditos movimientos que se han producido en apenas dos meses, desde que las elecciones municipales diesen el primer aviso de que el país está cambiando de coordenadas, aunque falta que el 27-S confirme cuáles son las nuevas. El independentismo, que tras la consulta del 9-N no ha dejado de resentirse en las encuestas y ha tenido que entregar Barcelona a una izquierda que, además de alternativa, no es genuinamente secesionista, ha sacrificado las alforjas ideológicas de cada pasajero para intentar hollar la mayoría absoluta y acelerar la travesía hacia Ítaca.

CDC ha tenido que pagar un doble peaje: la histórica ruptura de CiU y la imagen de Artur Mas como número cuatro de una lista liderada por un exdirigente de ICV, Raül Romeva, aunque se supone que con el compromiso de volver a ser 'president' si Junts pel Sí vence. Esquerra también ha tenido que relegar a Oriol Junqueras, que debutó como candidato en el 2012 y ahora aspira solo, según lo anunciado, a la vicepresidencia del Govern. El recurso de emergencia de Junts pel Sí si no alcanza los 68 diputados es la CUP, que prevé ratificar hoy al periodista Antonio Baños como sustituto de David Fernàndez. En este caso, el relevo lo imponen las normas de la organización.

LA OTRA CONFLUENCIA

Un error fácil, por la similitud nominal, es confundir a Junts pel Sí con Catalunya Sí que es pot. Esta última es la coalición resultante de la unión de ICVEUiA y Podem. La izquierda alternativa ha diluido por una vez sus resquemores en busca de repetir la hazaña barcelonesa, algo que cada uno por su lado resultaba imposible. La necesidad mutua de confluir se llevó por delante a Joan Herrera, que cedió paso después de dos mandatos a favor de una cara nueva de consenso. El elegido, tras fallar Arcadi Oliveres, ha sido Lluís Rabell, expresidente de la Federació de Associacions de Veïns de Barcelona.

En el resto de partidos, distintas coyunturas internas explican los relevos. A Unió le venía obligado tras el divorcio de CDC y el ungido por Josep Antoni Duran Lleida ha sido el 'exconseller' Ramon EspadalerCiutadans ha tenido que promocionar a toda prisa a Inés Arrimadas para cubrir la baja por traslado a Madrid de Albert Rivera. Y el PSC ha recurrido a un perro viejo como Miquel Iceta después de que la etapa de Pere Navarro acabase con el partido hecho trizas. Cuatro escisiones han seguido la estela soberanista hasta desembocar en Junts pel Sí.

Las cartas están sobre la mesa. La precampaña ha comenzado. O mejor dicho, es el continuose del empezose. Mafalda dixit.