La negociación de acuerdos en Valencia adquiere tintes de sainete

Ximo Puig y Mónica Oltra se necesitan el uno a la otra; al menos si -como ambos repitieron durante la última legislatura- quieren un gobierno progresista en la Generalitat Valenciana. La suma de sus diputados y los de Podemos parecía, además, la única aritmética posible para alcanzar la mayoría en LesCorts y hacer a uno de ellos presidente. Hasta ayer por la noche, cuando el presidente en funciones, Alberto Fabra, rompiótodas las quinielas al final de una sainetesca jornada de cruce de gestos y declaraciones para alcanzar el poder.

Ante la «falta de seriedad» y el «mercadeo» entre Compromís y PSPV, adujo Fabra, el líder de los populares ofreció anoche la abstención de su grupo en Les Corts para que Puig presida el Consell a cambio de que el PSPV apoye al PP en los ayuntamientos donde es la lista más votada. Y eso que el martes, después de que el PSPV anunciara la suspensión de las negociaciones con Compromís en la comunidad, Fabra cenó con Puig y le anunció que los populares votarían contra su investidura.

Ayer por la mañana, Compromís había pedido a los socialistas rebajar la tensión y volver a sentarse para «hablar de todo» y «sin imposiciones», como la de que Puig deba ser el presidente de la Generalitat, a la vista de que el lunes ya se había cerrado —a falta de hacerse público— un acuerdo programático a tres bandas con Podemos.

PACTO DESMENTIDO

Sin embargo, el PSPV forzó por la tarde la máquina y anunció que contaba con el respaldo de C's para que un socialista presida Les Corts. No había acabado la comparecencia y Ciudadanos lo desmentía en un comunicado donde alertaba, además, de que si el PSPV persiste en su apoyo al candidato de Compromís a la alcaldía de Valencia, «el diálogo entre C's y PSPV continuará suspendido». Si los socialistas cumplen con la exigencia de C's y PP, Rita Barberá será la alcaldesa.

El parlamento se constituye hoy sin acuerdo sobre la composición de la Mesa y con los socialistas tentados de ostentar la presidencia de la Generalitat a cambio de renunciar a un tripartito de izquierdas.