RELEVO EN LAS FILAS SOCIALISTAS

Navarro arroja la toalla ante la falta de apoyos en el PSC

Pere Navarro anuncia su renuncia como primer secretario del PSC, este miércoles en la sede del partido en Barcelona.

Pere Navarro anuncia su renuncia como primer secretario del PSC, este miércoles en la sede del partido en Barcelona. / periodico

JOSE RICO / Barcelona

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Pere Navarro se rinde. El primer secretario del PSC puso ayer punto final al mandato más breve de un líder socialista, dos años y medio, después de buscar durante la última semana un salvavidas que no ha encontrado en muchos dirigentes y cuadros del partido que en su momento le entronizaron. Alanceado por los críticos y presionado hasta por sus afines, Navarro ha optado por sacar el pañuelo blanco para evitar que las bases, este sábado, pidiesen su cabeza en el consejo nacional. Es decir, ante la incapacidad de contener una revuelta interna que se había intensificado entre muchos alcaldes metropolitanos, que exigían un revulsivo urgente para que el descalabro en las europeas no sea la antesala de la capitulación del poder municipal socialista en las elecciones del 2015.

Navarro se veía con fuerzas para seguir adelante y así lo transmitió al día siguiente de haber conseguido el peor resultado de la historia del PSC en los comicios europeos. Pero el primer secretario desconocía entonces que ya no podía contar con los asideros en los que ha sujetado su liderazgo en los órganos de dirección, y que su objetivo de "recoser" el partido y que el proyecto recuperase credibilidad sería imposible de lograr si no daba un paso atrás, algo que le han hecho saber en las reuniones mantenidas en la última semana con todos los diputados y federaciones.

Barones en contra

De hecho, con más o menos matices, los cuatro barones provincialesJaume Collboni (Barcelona), Juli Fernández (Girona), Josep Fèlix Ballesteros (Tarragona) y Àngel Ros (Lleida), le sugirieron que abriese un proceso de transición en el PSC que desembocase, a corto o medio plazo, en un nuevo liderazgo, bien fuese mediante la convocatoria de un congreso extraordinario, o bien activando ya las primarias para elegir al candidato a la Generalitat y anunciando que no se presentaría a ellas. Collboni, incluso, se manifestó públicamente partidario de un congreso de "refundación" del PSC, una reclamación que ha calado también entre un buen número de alcaldes, sobre todo de la segunda corona metropolitana, representado en la figura de Josep Mayoral, regidor de Granollers y responsable de política municipal del partido.

"La situación del PSC me ha llevado a tomar esta decisión. Mi renuncia es la mejor solución", ha reconocido un Navarro que ha invocado el "interés colectivo" del partido como prioridad a salvaguardar por encima de "conveniencias personales". El primer secretario se reservó también un dardo envenenado a los sectores críticos, que no le han dado tregua desde que la dirección ordenó apearse del tren del proceso soberanista para blindar la trinchera electoral metropolitana. "Algunos aprovecharon la pluralidad para subrayar de forma permanente y pública diferencias de criterio e, incluso, vulnerar los acuerdos tomados de forma democrática", ha reprochado Navarro.

Tras represaliar a los tres diputados que apoyaron la consulta, la cúpula socialista quiso reconducir la situación y el pasado martes levantó parcialmente el castigo a Marina GeliJoan Ignasi Elena y Núria Ventura, solución que no les satisfizo. Tampoco fructificó la intentona de colocar al veterano Raimon Obiols, inspirador de la corriente Avancem, que dirige Elena, como presidente del partido. Y es que los críticos exigían un perdón total y el sacrificio de algunos dirigentes, como el del portavoz parlamentarioMaurici Lucena.

Refundación o Congreso Exprés

Elena y Geli se apresuraron ayer a exigir un congreso de "refundación", ante el temor a que el núcleo duro pretenda tutelar la transición mediante un "congreso exprés" en el que la mayoría orgánica vuelva a aplastar al minoritario sector más catalanista. De hecho, el presidente del consejo nacionalCelestino Corbacho, apostó por fijar el cónclave antes del verano y sin plantear refundaciones, informa Fidel Masreal. Lo cierto es que el calendario inmediato es un laberinto endiablado. Navarro ha admitido este miércoles que será muy difícil celebrar un congreso en julio, un mes copado por la elección del nuevo líder del PSOE y el cónclave posterior.

Y esperar a después de las vacaciones supone hacer coincidir el proceso de transición con el punto de ebullición de la política catalana, por la Diada, el desenlace de la consulta soberanista y unas hipotéticas elecciones plebiscitarias. El consejo nacional tendrá que deshacer este entuerto el sábado. Una posible solución es la constitución de una gestora provisional. Lo que parece claro es que el sucesor de Navarro será escogido en primarias internas. Esa es la apuesta de una dirección que el sábado pasará a ser oficialmente interina.