Montserrat Capdevila admite haber mediado para ayudar al tío de Manuel Bustos

Habría facilitado los trámites para regularizar una factura sobre una obra cuando era teniente de alcalde en Sabadell pero niega mala fe en su actuación

La exdiputada del PSC, Montserrat Capdevila, y el excaldalde de Sabadell, Manuel Bustos.

La exdiputada del PSC, Montserrat Capdevila, y el excaldalde de Sabadell, Manuel Bustos. / periodico

ALBERT SEGURA / SABADELL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La exdiputada del PSC y exteniente de alcalde de Sabadell Montserrat Capdevila admite haber hecho de puente a favor del tío del exalcalde de Sabadell, Manuel Bustos, pero niega mala fe. Así lo ha manifestado en su comparecencia en calidad de imputada ante la juez que instruye el 'caso Mercuri' de presunta corrupción y tráfico de influencias, que la acusa de los delitos de falsificación documental, tráfico de influencias y prevaricación.

La juez la acusa, a partir de las pesquisas de los Mossos d’Esquadra, de haber facilitado la alteración de una factura correspondiente a las obras de ampliación de un concesionario de Sabadell, y a petición del tío del exalcalde Manuel Bustos y a su vez presidente del Gremio de Constructores de Sabadell y Comarca, Melquíades Garrido. Dicho trámite se habría llevado a cabo tras la insistencia de Garrido y con el fin de no tener que asumir el IAE correspondiente a dos años, que ascendía  aun total de poco más de 3.000 euros.

“Capdevila ha reconocido que Garrido la llamó y que era una patata caliente cada vez que lo hacía, que pedía favores y que se le ayudaba para evitar quedar mal ante él”, ha asegurado Miguel Sánchez, abogado de la acusación popular. Del mismo modo, habría negado reconocer mala fe alguna ante tales gestiones, dado que habría actuado del mismo modo ante un ciudadano que solicitase su ayuda por regularizar una situación parecida.

La ex concejala ha accedido al edificio del los Juzgados de Sabadell evitando la puerta principal y burlando a los medios que hacían guardia frente a la puerta, evitándolos del mismo modo a la salida negándose a atender a los periodistas presentes.