El PSC se erige como el único voto sin hipotecas

Hubo un tiempo en que para atacar al PSC solo había que recordarle su dependencia orgánica del PSOE, que condicionaba muchas de sus votaciones en el Parlament y en el Congreso. Ahora son los socialistas quienes tratan de devolver el golpe a sus adversarios con la misma estrategia, inmerso en su desesperada búsqueda del voto de los indecisos. Su alcaldable de Barcelona, Jaume Collboni, reivindicó este lunes al PSC como el único partido que podrá actuar con las manos libres. Quiso contraponer así su proyecto al de CiU, que ve supeditado a su pacto con ERC al otro lado de la plaza de Sant Jaume, y al de Barcelona en Comú (BC), que considera tutelado por Podemos.

La táctica de la jornada de Collboni para reprender a Ada Colau fue sacar a colación a Pablo Iglesias y hurgar en las tirantes relaciones entre la candidata de BC y el coordinador de ICV, Joan Herrera. Según el alcaldable socialista, mientras el líder de Podemos ha sido la estrella de los mítines de la coalición en los que ha intervenido, el dirigente ecosocialista ha pasado con más pena que gloria, eclipsado por invitados de otros partidos verdes europeos. La conclusión de Collboni: "Si el domingo gana Colau, Barcelona será un trofeo en la vitrina de la casa de Pablo Iglesias".

SIN EXPERIENCIA

Hurgando en la misma herida, el aspirante del PSC a la alcaldía sostuvo que si ICV tuviese mayor influencia en la candidatura de BC, no se habrían escuchado en boca de Colau "ocurrencias" como la de pagar parte de la nómina de los trabajadores del Ayuntamiento con una moneda local. Y arremetió de nuevo contra la falta de experiencia de gobierno de Colau: "¿En su lista se puede ver a un hipotético concejal de Hacienda? ¿De Seguridad? No es un equipo para gobernar, sino para hacer activismo y oposición", advirtió en una entrevista en la ACN.

Por supuesto, como hace a diario en esta campaña, no faltó la misma dosis de artillería contra el candidato de CiU, Xavier Trias, a quien echó en cara su "cinismo político" por exhibir manos libres para pactar con quien quiera después de las elecciones pese al acuerdo CiU-ERC que sostiene a Artur Mas en la Generalitat, y que, dijo, marca el paso a los candidatos locales para favorecer gobiernos soberanistas en los ayuntamientos tras el 25-M.