la lacra de la corrupción

Matas ingresa en la prisión de Segovia para cumplir 9 meses

Jaume Matas entra en la prisión de Segovia, ayer.

Jaume Matas entra en la prisión de Segovia, ayer.

MARISA GOÑI
PALMA

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Jaume Matas, expresidente de Baleares y ministro de Medio Ambiente en el Gobierno de José María Aznar, ingresó ayer en la prisión de Segovia para cumplir nueve meses de condena por tráfico de influencias en la contratación del periodista que redactaba sus discursos, Antonio Alemany. Tras agotar todos los recursos posibles para alargar su libertad, incluida la petición de indulto, el exmandatario del PP llegó a la cárcel segoviana poco antes de las cinco de la tarde con vestuario casual, bolsa deportiva y el semblante serio.

En el coche que le trasladó le acompañaron cuatro personas, de las que no se despidió al entrar en ese centro elegido por él: evitó así Madrid, donde tiene fijada su residencia, y Palma, donde posee un palacete y le aguardan un rosario de causas penales por corrupción. Su destino final depende de Instituciones Penitenciarias.

La cartera de Economía fue su primer gran salto a la política, de la mano del entonces presidente balear, Gabriel Cañellas, a quien un Aznar aspirante a la Moncloa obligó a retirarse por el caso Túnel de Sóller. Tras el breve mandato de Cristòfol Soler, apartado por los propios, Matas fue elevado a la presidencia autonómica. De su primera etapa quedaron los casos Formentera, una trama de compra de votos en Argentina y Uruguay, y Bitel, de espionaje a un cargo socialista, a los que sobrevivió sin que llegaran a salpicarle tras un sonoro relevó en la fiscalía balear.

Al perder las elecciones frente al socialista Francesc Antich, Aznar lo recuperó para la primera línea política encomendándole el Ministerio de Medio Ambiente en la legislatura del Plan Hidrológico y el Prestige.

EL PALMA ARENA / Las urnas le dieron un segundo mandato en las islas la legislatura 2004-2007, la de las obras colosales: autopistas de Ibiza, nuevo hospital de referencia, metro… y hasta un velódromo, el Palma Arena, que da nombre a la macrocausa que le asfixia y de la que penden más de una veintena de piezas, como el caso Nóos, en el que tiene de compañera de imputación a la infanta Cristina. Aznar y más tarde Mariano Rajoy señalaron en mítines a Matas como su referente para cambiar la España de José Luis Rodríguez Zapatero. Ahora es el primer ministro del PP que entra en la cárcel (el extitular de Interior José Barrionuevo lo fue por el PSOE).

Sus quebraderos de cabeza se iniciaron cuando el juez José Castro conectó el sobrecoste del Palma Arena con su alto tren de vida, poco acorde con sus ingresos oficiales. El caso que le ha llevado a la prisión está relacionado con irregularidades en la contratación del periodista que redactaba sus discursos, aunque no es su única condena. Suma otra que saldó con el pago de un multa por una contratación ficticia de un hotelero a su mujer, Maite Areal, quien fue asesora de Educación del Gobierno madrileño de Esperanza Aguirre.

Aunque su condena es inferior a dos años, la Audiencia Provincial de Palma dictaminó que debía ingresar en la cárcel dada la gravedad de los delitos y la alta responsabilidad de quien los cometió.