Mas solo avanzará elecciones si hay lista conjunta del 'sí'

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Artur Mas ha lanzado el que podría ser el primer acto de precampaña de unas elecciones que propone convertir en la consulta (cuasi) definitiva para conocer si los catalanes quieren o no la independencia. El 'president' ha metido presión al máximo a ERC, con una oferta que no deja de tener algunas cartas escondidas (el calendario, una de ellas, el programa electoral, otra) pero que solemnizó ayer en un gran ejercicio de poder y presión en una conferencia ante más de 3.000 personas en Barcelona, entre ellas representantes políticos y sociales de Catalunya.

La oferta de Mas consiste en superar "la ideología" y poner por delante de ella "los ideales" para forjar una lista mixta en la que los partidos del sí a la independencia y ciudadanos representativos del soberanismo vayan unidos. Para plantear un proceso hacia la independencia durante 18 meses. La clave del discurso del 'president' es la frase siguiente: "Sólo avanzaré las elecciones si son para hacer la consulta. Si quieren elecciones para cambiar el Govern o modificar la representación de cada cual en el Parlament, no habrá avance".

Dicho de otro modo, o son a la manera de Mas, o no habrá elecciones anticipadas. No en vano, él es quien tiene la potestad única y última de convocar a las urnas. Y esta vez quiere asegurarse, como afirmó claramente en su intervención, que la lista independentista obtiene la mayoría absoluta. Un mandato para que la comunidad internacional de legitimidad a este nuevo formato de consulta.

Que Mas quiere capitalizar el éxito del proceso participativo quedó claro no sólo cuando dedicó varios minutos a elogiar el éxito del 9-N sino también por las hasta cuatro referencias que hizo a la querella que ha presentado la Fiscalía del Estado contra él, la vicepresidenta Joana Ortega y la 'consellera' de Ensenyament Irene Rigau. La última de esta cuatro referencias ha hecho ponerse en pie al público asistente, en una ovación coronada por gritos de "president, president" e "¡independencia!".

El plan de Mas consiste en una lista que plantee en su programa claramente el 'sí' a la independencia. Puede haber otras candidaturas que también defiendan el sí y que además reclamen otras medidas en el terreno de la acción social o ideológica, ha asumido. Pero ha emplazado de forma implícita a ERC a sumar a su lado.

Mas ha puesto condiciones concretas de funcionamiento. Mucho más concretas que cuestiones como quién gobernará durante esos 18 meses de negociación de la independencia. Las condiciones son que todos los actores sociales que acepten ir a la lista asumen que no repetirán en las elecciones convencionales que ha situado para el 2016. Tampoco "la mayoría" de los políticos que vayan en la lista a propuesta de los partido podrían repetir en los comicios convencionales. Una condición que dejaría al líder de ERCOriol Junqueras, fuera de juego en el 2016. Pero Mas ha dejado la puerta abierta a que algunos políticos si repitan.

En tiempo de desafección y corrupción, ha llamado la atención que Mas haya detallado que la campaña la financiaría una fundación al margen de los partidos, pero que las subvenciones que obtuviera esta lista se distribuiría entre los partidos que apoyaran la fórmula de Mas.

La tarea de esta candidatura es negociar con el Estado, tras anunciar a la comunidad internacional la voluntad de construir un Estado en Catalunya. Mientras, acabar de construir las llamadas estructuras de Estado, y también promover un proceso de participación para preparar "las bases de una futura Constitución catalana". La culminación de estos 18 meses sería unas elecciones constituyentes y un referéndum definitivo sobre el Estado propio.

En definitiva, que ERC debe olvidarse de cuestiones como la lucha contra la corrupción o mensajes de "pobreza cero" en esta campaña electoral y en estos comicios en forma de consulta. Eso, como diría el expresident Pujol, ahora no toca. Y ahí radica buena parte del choque de fondo que enfrenta a CDC y ERC para liderar el independentismo: en el qué hacer. Esquerra quiere concreción al máximo del camino independentista y no quiere oír hablar de más prórrogas.

Y hablando de plazos, cabe destacar que Mas ha evitado poner fecha a unas elecciones que la Assemblea Nacional Catalana quiere celebrar cuanto antes. Dependerán de que se den las condiciones que él ha puesto. La primera, la fórmula de lista mixta. La segunda, y esta es clave, que se consiga esa mayoría absoluta. ¿Ganaría el sí en unos comicios con alta participación? "El 9-N da información y pistas", ha apuntado el 'president'. Y ha añadido: "El intento se ha de hacer para ganar". Dicho lo cual ha añadido que si todo ello ha de culminar en el 2016 y requiere 18 meses, muestra que "queda poco tiempo para un trabajo inmenso".

Hasta aquí el plan. Pero tan importante como el contenido ha sido la forma. Un acto solemne en el que Mas ha sido ovacionado en varias ocasiones, y no ha evitado para nada la clave personal. Se ha ofrecido para encabezar la lista electoral pero también para ir el último, lo cual en cualquier caso también le permitiría ser de nuevo 'president'. Cualquier diputado puede serlo. Y ha anunciado que si toda esta ruta se cumple y en el 2016 hay elecciones convencionales, él no repetirá en nombre de CiU, que como las otras siglas, resurgiría de la hibernación. Dicho todo lo cual la clave final es decisiva: el porqué la independencia. Y es que, como ha dicho Mas, quedan muchos catalanes por convencer. A eso se dedicará durante el 2015. A explicar qué país quiere.